La acción militar, cada vez más cerca. Cinco días después de que Donald Trump amenazara con la “destrucción total” de Corea del Norte, numerosos bombarderos estadounidenses B-1B rozaron este sábado el territorio de Kim Jong-un como muestra de su fortaleza armamentística en respuesta a los repetidos ensayos nucleares del régimen. Escoltados por cazas, los aviones de las Fuerzas Aéreas volaron sobre aguas internacionales en la costa este de la península coreana. “Esta misión es una demostración de la determinación estadounidense y un mensaje claro de que el presidente dispone de numerosas opciones militares para enfrentar cualquier amenaza”, explicó Dana White, portavoz del Pentágono.
«Esto es lo más al norte de la Zona Desmilitarizada que haya volado jamás ningún caza o bombardero estadounidense en la costa de Corea del Norte en el siglo XXI y subraya la seriedad con la que nos tomamos el comportamiento imprudente» de Corea del Norte, insistió White. “Estamos preparados para utilizar todas las posibilidades militares para defender nuestro territorio y el de nuestros aliados”, dijo.
El gesto militar de este sábado supone otro endurecimiento más de Washington a Pyongyang. Y otro mecanismo más para presionar ante la escalada de sus ensayos balísticos. Pese a que es improbable, según los expertos, que haya un enfrentamiento bélico, la estrategia de EE UU es ahora mostrar con dureza que no aceptará las amenazas nucleares de Kim Jong-un.
El jueves, el presidente también elevó sus presiones diplomáticas al ordenar sanciones contra cualquier empresa extranjera que comercie con el país asiático. La medida, una de las más drásticas hasta entonces, supone el aislamiento económico al régimen de Kim. La decisión vino acompañada por otra igualmente dura del gobierno chino, y fraguada entre su presidente y Trump. El banco central prohibió a sus instituciones financieras prestaran servicios económicos a Corea del Norte, el principal socio comercial del país.
En las últimas semanas, Trump ha optado por alzar la voz con más fuerza ante los numerosos ensayos nucleares y balísticos. Desde el atril de la Asamblea General de la ONU, el presidente estadounidense amenazó el martes con fulminar con fuerza a Corea del Norte e hizo un llamamiento a sus aliados para condenar y frenar al “hombre cohete”, como ha apodado a Kim.
Hasta este sábado, las medidas de EE UU habían sido sanciones diplomáticas que han servido para disuadir ni rebajar la escalada de las tensiones con el régimen de Kim.