Foto: Télam
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Pablo Lanusse, abogado querellante en el juicio por la muerte de la menor en donde Mangeri fue condenado a cadena perpetua, había impulsado la acusación en contra de Saettone con un pedido de detención que fue avalado por los fiscales que actuaron en el juicio a Mangeri realizado en el TOC Nº 9, Fernando Fiszer y Sandro Abraldes, y que el Tribunal rechazó.
De acuerdo a la imputación, el ex policía colaboró con el portero antes de que éste fuera detenido y mintió para favorecerlo en 2013 cuando fue a declarar ante el juez de instrucción Javier Ríos y en 2015 cuando lo hizo en el juicio al portero. Cuñarro acusó a Saettone de «haberse presentado a declarar como un testigo imparcial» cuando en realidad su propósito fue «mejorar la situación procesal del marido de su prima» y planear «una estrategia encubridora».
Cuñarro apuntó en su alegato: «Saettone no mintió en cualquier hecho. Mintió en un hecho gravísimo. Podría haber ayudado, podría haber ido a una comisaría mientras toda la Argentina estaba en vilo y mientras se miraba al padrastro de la niña como sospechoso». La fiscal mencionó como agravantes que Saettone era «policía y funcionario público» e incluso destacó el hecho de que uno de sus dos hijos se inscribió para ser Policía de la Ciudad, y él, con este episodio, estaba dando un «mal ejemplo».
La acusación se centró en un encuentro que Saettone mantuvo con Mangeri en Pacheco -de donde es oriunda la familia Saettone- el 14 de junio de 2013, horas antes de que el portero fuera detenido. De acuerdo con el ex policía, en ese encuentro, que ocurrió dentro de una camioneta, Mangeri le preguntó qué haría si él tuviera algo que ver con el crimen de Ángeles y él le contestó: «Te meto preso». Saettone negó haber visto los rasguños en la cara del portero y afirmó que su encuentro había durado quince minutos, una duración temporal que fue desmentida por datos de la tarjeta SUBE del femicida de Ángeles Rawson.
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