Policías heridos, patrulleros dañados, dos detenidos, prácticas sexuales en la vía pública y escenas que pusieron en evidencia una vez más el nivel de agresión existente. Ese fue el saldo de los disturbios registrados en la mañana de Navidad en Playa Unión
Pero en el transcurso del día se viralizó el video tomado con un teléfono celular sobre los vergonzosos acontecimientos, dejando a las claras también cómo se ha desprestigiado la autoridad policial, que acude ante el pedido de un vecino y debe prácticamente huir por la agresión de otros.
Los vecinos de la primera fila de Playa Unión ya han padecido en años anteriores situaciones similares, pero en este caso lo que agravó la cuestión fue el nivel de agresión para con los policías que intentaban cumplir con su tarea. Una disputa doméstica terminó con una batalla campal y hasta un efectivo sufrió una patada en el rostro que le provocó una fisura en el pómulo izquierdo. Fue uno de los cinco heridos. Podría haber sido aún peor con la lluvia de botellas, pedazos de baldosas y otros elementos arrojados sobre quienes pretendían detener a un conocido médico, protagonista del hecho inicial.
Nadie espera una Policía violenta. Como tampoco una fuerza, destinada a darnos seguridad, que no tenga ninguna autoridad. No puede un grupo de inadaptados ganar la calle del modo que se vio en Playa Unión.