El luchador platense se sobrepuso al cansancio y triunfó por decisión unánime. Demostró garra, mejor dominio del wrestling y mayor experiencia.
Se quedó sin piernas en el segundo round, estaba mareado y casi deshidratado, pero el corazón lo mantuvo en pie. El luchador argentino de UFC Santiago Ponzinibbio, sin embargo, siguió lanzando piñas y lows hasta el final. Así logró en las tarjetas su sexta victoria al hilo ante el duro norteamericano Mike Perry yya se anota para una contienda por el título welter interino.
El luchador platense, de 31 años y un récord de ocho victorias, arrancó el primer round estudiando a su rival y midiendo su poder de fuego. Ponzinibbio demostró mucha movilidad, algunas lows que comenzaron a hacer mella en su rival y cerró con algunos cruces que dejaron mejor parado al striker oriundo de Michigan.
El segundo round mostró, en un inicio, a Ponzinibbio decidido a llevarse puesto a su oponente: mayor presión y decisión para ir al frente. Tras un arranque complicado, el luchador platense se trenzó al palo por palo con Perry y desniveló el round a su favor. La sangre comenzó a brotar en el rostro del crédito argentino, sin embargo, nada lo paró. Sin embargo, sobre el final del round se prendieron las luces de alerta: las piernas le dejaron de responder.
Con ese preludio, el asalto definitivo se vislumbraba oscuro. Ahí fue donde Gente Boa, para los fans de UFC, o el Rasta, para sus amigos, sacó a relucir su garra y sus ganas de dar otro salto en la empresa más importante de artes marciales mixtas: una pelea por el título interino. Ambos strikers salieron a intercambiar manos en el round definitivo. Hasta que un giro de puño del argentino sentenció la suerte del asalto y de la contienda. El estadounidense terminó en la lona y, tras reponerse, nada volvió a ser igual. Ponzinibbio le tiró toda su experiencia encima y se lo llevó puesto haciendo gala de su wrestling.
Los dos derribos de Ponzinibbio ya le habían despejado todas las dudas a los jueces y a los miles que colmaron el Bell MTS Place, de Winnipeg, Canadá. La pelea ya tenía dueño por decisión unánime (29-28, 29-28 y 29-28). La emociante victoria selló su sexto triunfo consecutivo. La emoción y la adrenalina del final no lo hicieron dudar a Ponzinibbio ante los micrófonos. Y pidió lo que soñó toda su vida: un combate por el título welter interino.
Fuente. tn.com