Scott Doolan, de 28 años, alcanzó este domingo la cara sur del Everest, por el lado nepalí, a 5.364 metros de altitud, un lugar al que generalmente solo se puede llegar a pie o en helicóptero.
Necesitó diez días para ascender, apenas más que una persona sin discapacidad.
Se desplazó sobre un terreno rocoso y de gran altitud en silla de ruedas cuando era posible, con las manos o siendo llevado en algunas ocasiones.
Un camino accidentado
Ya cerca de la meta, «me costaba respirar porque andaba sobre las manos, pero recuerdo simplemente haber mirado hacia arriba y haber visto a una veintena de personas”
Cuando avanzaba sobre las manos, llevaba cinco pares de guantes y en el séptimo día, se rompió una de las pequeñas ruedas auxiliares colocadas delante de la silla.
«Estaba bastante abatido. Simplemente me encontré solo sobre una roca preguntándome qué iba a hacer», explicó el australiano.
El equipo ató una cuerda a la parte rota de la silla para que no se tumbase, pero pasar por los estrechos caminos se volvió aún más difícil.
Un ejemplo de vida
Scott Doolan está en silla de ruedas desde los 17 años, cuando se fracturó la columna vertebral en un accidente de moto. Luego necesitó unos años para volver a hacer deporte.
Se entrenó durante ocho meses para este reto, haciendo ejercicios cardiovasculares y musculares diarios para reforzar la parte superior de su cuerpo.
«No esperaba que el terreno fuese tan difícil. Nunca antes lo había visto y nunca me entrené sobre un terreno así», explicó.
unotv.com