El caso puso en alerta a la comunidad internacional por la contaminación de las aguas y los efectos que puede llegar a producir: en Tailandia una ballena murió después de tragarse más de 80 bolsas de plástico.
Pese a que, según las autoridades, los especialistas intentaron salvar al cetáceo, el animal no logró sobreponerse. Según la autopsia, el animal tenía en su estómago 80 bolsas de plástico que pesaban unos ocho kilos.
Esta ballena, un macho joven, es la última víctima hallada entre la vida y la muerte cerca de la frontera con Malasia, indicó ayer el ministerio de la Marina en su página de Facebook.
Un equipo de veterinarios trató de salvarla «pero finalmente la ballena murió» el viernes por la tarde, agrega el mensaje. Asimismo, se indicó que la ballena vomitó cinco bolsas durante la fallida operación de salvamento.
Tailandia es uno de los países del mundo que consume más bolsas de plástico y causa cada año la muerte de centenares de criaturas marinas que viven cerca de las populares playas del sur del país.
Al menos 300 animales marinos, como ballenas, tortugas marinas y delfines, mueren cada año en aguas tailandesas tras haber consumido residuos plásticos.
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