La gorila Koko, quien aprendió a comunicarse a través del lenguaje de señas, falleció a los 46 años mientras dormía. El animal, nacido en California el 4 de julio de 1971, se conoció en todo el mundo por haber aprendido unas mil palabras para «hablar» con los seres humanos. Además, entendía otros dos mil términos en inglés.
«Koko tocó la vida de millones como embajador de todos los gorilas y fue un ícono de comunicación y empatía entre las especies. Ella fue amada y será profundamente extrañada», dice un párrafo del comunicado que publicó en su web The Gorilla Fundation (Fundación Gorila).
La gorila llegó a sus tres años a la organización sin fines de lucro que se dedica a «la preservación, protección y bienestar de los gorilas y otros grandes simios mediante la investigación y educación en comunicación entre especies».
Allí, la psicóloga Francine Patterson le enseño a comunicarse con el lenguaje de señas. Sus habilidades la llevaron a ser tapa de la revista National Geographic en dos oportunidades, además, de ser protagonista de múltiples documentales.
En el anuncio de su muerte publicado en la plataforma virtual de la Fundación Gorila describieron sus cualidades: «La capacidad de Koko para el lenguaje y la empatía ha abierto las mentes y los corazones de millones».
La Nación