El viernes pasado, al cierre de la XXVI edición del Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), y en el marco de los diez años de Quo Vadis «Adónde Vas», se desarrolló una charla -para muchos controversial- llamada «Fitosanitarios y salud: Lo que no es noticia» -un tema sobre el cual hay mucha desinformación-.
Entre los asistentes participó el reconocido bioquímico, Fernando Manera, quien hizo hincapié en la importancia de la educación y la responsabilidad al momento de utilizar no sólo los agroquímicos, sino también los químicos en el hogar.
Durante su exposición, haciendo referencia al nombre del panel, enfatizó: «Lo que es noticia en los medios, es la contaminación química mediante agroquímicos». Sin embargo, Manera llamó a tomar conciencia sobre aquello que no es noticia, y que no aparece en los titulares de los diarios, y no se conoce.
De lo que no se habla
En relación a los alimentos, cabe mencionar que en el Congreso de Aapresid también participó el médico Adrián Cormillot, quien indicó que ponerle sal a la comida «es mucho más peligroso que el glifosato».
Con respecto a los famosos insecticidas que se usan para matar moscas y mosquitos, Manera aclaró: «Son los mismos que utilizo en el campo para controlar la plaga, con la diferencia que lo aplico en el hogar con la familia, el perro y los hijos», y a modo de ejemplo, señaló: «Se puede observar claramente en las publicidades la exposición que hay de las personas».
La clave: educación y responsabilidad
Según el experto, la ecuación es simple, el riesgo de daño es igual a toxicidad por exposición al químico, y explicó: «El riesgo de que una sustancia peligrosa pueda ocasionar un daño, depende de la forma en que la manejo, por lo tanto, su daño puede ser prevenido o reducido, por lo que la educación o formación de la persona que la manipula es vital para evitar que ocasione un problema».
En este sentido, el bioquímico, quien también es autor del libro «Una amenaza invisible», aclaró: «No le quiero quitar responsabilidad a los agroquímicos, porque en el campo agronómico se hicieron muchas aberraciones», y volvió a subrayar la importancia del control.
«Cuando se utiliza un químico, debe haber un profesional que supervise la utilización y que asesore, ya sea un médico si se trata de tomar un medicamento o un ingeniero agrónomo si se va a aplicar un agroquímico, y un grave problema de nuestro país es la ausencia del Estado controlando en que todo eso se haga como corresponde».
No obstante, Manera rescató que en el campo agronómico se habla del tema. «Si bien hay mucho fundamentalismo, el tema está presente y me parece muy importante», expresó.
En cambio, remarcó que sobre la utilización de los químicos en el hogar, nadie habla: «Mientras todos nos preocupamos por un agroquímico que se utiliza tres, cuatro, cinco veces al año en el campo, tengo otros productos que uso todo el día dentro del hogar y expongo a mi familia y a los alimentos que consumo, y nadie se ocupa».
Buenas prácticas domésticas
Manera hizo referencia, que así como en el campo agronómico existen las Buenas Prácticas Agrícolas, si los agroquímicos se aplican como corresponde y se controlan, el riesgo de que traigan un problema es prácticamente nulo, y en el hogar debería ocurrir lo mismo.
En este sentido, señaló: «No se trata de no usar los insecticidas, sino de saber cómo utilizarlos, para que no tenga riesgos, y lo mismo ocurre con los medicamentos». Al respecto, indicó que Argentina es el principal país, en el cual, la automedicación genera miles de muertes por año y tampoco, nadie habla.
Para Manera, las buenas prácticas en el hogar las debería impulsar el Estado a través de los colegios, y en relación a ello, anticipó: «Estoy armando un pequeño manual de buenas prácticas en el hogar y a principios del año que viene va a estar disponible».
Por último, reflexionó: «Podemos vivir en este mundo disminuyendo los riesgos, pero necesitamos educación y responsabilidad tanto de los funcionarios, de los padres y de los docentes».
Infobae