La emisión de gases de efecto invernadero alcanzó un nuevo récord en 2017, con un empeoramiento de las condiciones climáticas en todo el mundo, según un estudio difundido ayer donde China y Estados Unidos lideran una vez más el ranking de países más contaminantes, mientras que la Argentina alcanzó las temperaturas más altas de su historia. El informe publicado por la Agencia Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y la Sociedad Estadounidense de Meteorología, del que tomaron parte 450 científicos, utiliza la palabra «anormal» una docena de veces, en referencia a las tormentas, sequías y altas temperaturas que azotaron al planeta.
También advierte sobre el tamaño declinante de la superficie glaciar en el Ártico, cuyo deshielo alcanzó su nivel más alto el año pasado debido al cambio climático.
El informe anual de la NOAA pone de manifiesto el empeoramiento de las condiciones climáticas en todo el mundo precisamente en el año de la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, que sacó a Estados Unidos del Acuerdo de París sobre el clima alegando que el cambio climático es un «engaño chino» para perjudicar los negocios y los intereses norteamericanos.
La concentración de los tres gases de efecto invernadero más peligrosos en la atmósfera -dióxido de carbono, metano y óxido nitroso- alcanzaron un nuevo récord. La concentración media de dióxido de carbono en la superficie de la Tierra, por ejemplo, aumentó hasta las 405 partes por millón, «la más alta en el registro de medición moderna de la atmósfera».
El récord del año más cálido de la edad moderna se registró en 2016, pero 2017 quedó cerca, con «condiciones mucho más cálidas que la media» en la mayor parte del mundo. La Argentina, Uruguay, España y Bulgaria sufrieron las temperaturas anuales más altas jamás registradas en estos países, mientras que México «rompió el récord por cuarto año consecutivo».
Puerto Madryn registró 43,4 grados centígrados el 27 de enero del año pasado, la temperatura más alta jamás experimentada ya no solo en la Argentina, sino en el hemisferio sur. Mientras que en Turbat, en el oeste de Paquistán, se registró la temperatura más alta de la historia el 28 de mayo: 53,5°C.
«El calor anormal de las temperaturas del aire ártico de la actualidad y de la superficie del mar no se habían observado en los últimos 2000 años», revela el informe. Y en la Antártida, la extensión del hielo marino se mantuvo por debajo del promedio durante el año, con mínimos históricos entre enero y abril.
También aumentaron las lluvias, mientras algunas zonas del planeta sufrieron sequías prolongadas, un contraste paradójico que demuestra que «las precipitaciones extremas no están distribuidas uniformemente en todo el mundo».
Las cifras de la degradación
53,5 Grados centígrados: Fueron los que alcanzó el termómetro el 27 de mayo del año pasado en Turbat, en el oeste de Paquistán, la temperatura más alta registrada hasta la fecha
450 Partes por millón: La concentración media que alcanzó el dióxido de carbono en la superficie terrestre, la más alta desde que se mide la atmósfera
La Nación