La comunidad mapuche denunció que tres agentes aparecieron el lunes pasado en el territorio recuperado, a la orilla del río Chubut. «La persecución a los miembros de Pu Lof en Resistencia Cushamen no ha cesado», alertó la vocera Andrea Millañanco.
El territorio recuperado por la comunidad mapuche de Cushamen debería estar preservado porque allí desapareció Santiago Maldonado, y 78 días después fue encontrado en ese lugar su cuerpo sin vida. Sin embargo, tres individuos que dijeron ser pescadores aparecieron el último lunes cerca del mediodía en las orillas del río Chubut, según reproduce hoy el diario Página 12.
Los habitantes de la Pu Lof reconocieron que se trataba de policías y eso puso nerviosos a los visitantes. Según relató la vocera Andrea Millañanco, les pidieron que se retiren y los acompañaron en su salida. “Pedimos a las comunidades mapuche, mapuche-tehuelche y a la sociedad consciente estar atentos debido a que la persecución y el hostigamiento a los miembros de Pu Lof en Resistencia Cushamen no ha cesado”, expresó Millañanco. En tanto, el líder espiritual y político de esta comunidad Facundo Jones Huala llamó a “continuar la reconstrucción de la nación mapuche con todas sus expresiones” en un mensaje desde la cárcel de Llancahue, en la localidad chilena de Valdivia.
No es la primera vez que los pobladores de esos pocos metros cuadrados de tierra recuperados al empresario italiano Luciano Benetton en 2015 son objeto de intimidaciones. Antes y después del feroz operativo de Gendarmería del 1 de agosto de 2017, cuando Maldonado fue visto por última vez agazapado bajo unos sauces en la orilla del río escapando de las balas, hubo tiros de madrugada, allanamientos de más de doce horas con mapuches tirados en el piso con las manos precintadas e incluso el incendio reciente de la casilla de guardia. Allí pasó la noche del 31 de julio el Brujo, como le decían, junto al payador chileno Nicasio Luna. En la represión del 1 de enero de 2017, cuando también participó la policía de Chubut y fueron heridos de gravedad Fausto y Emilio Jones Huala, les habían robado todos sus caballos.
Tras la aparición de cuerpo de Santiago, el 17 de octubre en el mismo sitio que ya había sido rastrillado tres veces por los buzos de Prefectura, la justicia no realizó ningún peritaje inmediato en las cercanías ni tampoco dispuso un cerco perimetral con custodia. Luego de un episodio en el que los mapuches tiraron piedras al vehículo en el que había llegado el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, ellos se hicieron cargo de impedir la circulación en la zona de cualquier persona ajena a la comunidad.
La reconstrucción de los hechos del día que desapareció Maldonado nunca fue realizada, como tampoco dispuso el juez de la causa Gustavo Lleral que sean sometidos a peritaje los restos de la quema de las pertenencias de los mapuches —muebles, ropa, libros y juguetes que esa jornada fueron incendiados en una fogata por los gendarmes— con el agravante de que la mochila de Santiago nunca apareció.
En febrero de 2018 volvieron a sufrir un violento procedimiento, por la denuncia de Benetton del robo de un toro y algunas ovejas. Así, el episodio del lunes con los “pescadores-policías” fue interpretado como la continuidad del hostigamiento del Estado al servicio de los dueños de la tierra.
El Patagónico