Los humanos nos enfadamos por todo tipo de razones y también nos besamos por otras tantas, por amor, por suerte, para decir hola y adiós, simplemente porque nos apetece…
Y cuando te paras y realmente piensas en el acto de besar, es algo curioso, ¿verdad? Presionar tus labios contra otra persona y, en algunos casos, intercambiar saliva? Puede parecer un comportamiento extraño -aunque agradable-, pero también tiene mucha ciencia detrás de él.
Existen muchas teorías sobre cómo se originó el beso y por qué nos besamos. Algunos científicos creen que besarse es un comportamiento aprendido, ya que aproximadamente el 10% de los humanos no se besan y menos aún besan con intención romántica o sexual. Otros creen que besarse es instintivo y está enraizado en la biología.
Los besos provocan una reacción química en el cerebro, incluida una explosión de la hormona oxitocina que conocemos como la «hormona del amor», ya que despierta sentimientos de afecto y apego.
Según un estudio de 2013, la oxitocina es particularmente importante para ayudar a los hombres a establecer vínculos con una pareja. Las mujeres, curiosamente, experimentan una ‘inundación’ de oxitocina durante el parto y la lactancia, fortaleciendo el vínculo madre-hijo.
Hablando de alimentación, muchos creen que los besos provienen de la práctica de la alimentación con beso. Al igual que las aves que alimentan a sus pollitos, las madres solían alimentar a sus hijos con alimentos masticados, y algunas todavía lo hacen.
Algunos besos tienen sus raíces en el amor romántico.
Con la llegada de un nuevo amor aparece el efecto de la dopamina en la vía de recompensa de tu cerebro. Esta hormona se libera cuando haces algo que te hace sentir bien, como besar y pasar tiempo con alguien que te atrae.
En cuanto a besos más íntimos y placenteros, los que se dan con la boca abierta y con lengua son especialmente eficaces para aumentar el nivel de excitación sexual, ya que aumentan la cantidad de saliva producida e intercambiada. Cuanta más saliva se intercambie, más excitados nos sentiremos. Eso sí, no olvidemos practicar una buena higiene oral para una boca fresca y digna de un beso.
Aumentan la liberación de ‘hormonas felices’
Resulta que los besos, incluso los de tu familia y amigos, tienen una gran cantidad de beneficios mentales y físicos que hacen que valga la pena dar uno o recibirlo. Para empezar, los besos hacen que tu cerebro libere un cóctel de sustancias químicas que te hacen sentir increíblemente bien al encender los centros de placer del cerebro.
Estas sustancias químicas incluyen oxitocina, dopamina y serotonina, que pueden hacer que te sientas eufórico y fomentar sentimientos de afecto y vinculación. También reduce los niveles de cortisol (hormona del estrés).
Ayudan a establecer una conexión con la otra persona
La oxitocina es una sustancia química vinculada a la afinidad de las parejas. La descarga de oxitocina liberada cuando te besas con alguien causa sentimientos de afecto y apego hacia esa persona. Así, besar a nuestra pareja puede mejorar la satisfacción de la relación y puede ser especialmente importante en las relaciones a largo plazo.
Tienen un impacto tangible en la autoestima
Además de aumentar la hormonas que nos aportan felicidad y satisfacción, los besos pueden reducir los niveles de cortisol, lo que podría mejorar nuestra autoestima. Un equipo de investigadores en un estudio de 2016 descubrió que los participantes que no estaban contentos con su apariencia física tenían niveles más altos de cortisol. Y, aunque se necesita más investigación, experimentar una disminución temporal del cortisol cada vez que besamos no es una mala manera de pasar el tiempo…
Reducen el estrés
Hablando de cortisol, los besos también disminuyen los niveles de cortisol y el estrés. Los besos y otras comunicaciones afectivas, como abrazar y decir «te amo» o «te quiero», tienen un gran impacto en los procesos fisiológicos relacionados con el control del estrés.
Reducen la ansiedad
El control del estrés tiene que ver con cómo de bien se nos da vigiar el estrés y la ansiedad. No hay nada como un beso y algo de afecto para ayudar a calmarlo. El neuropéptido oxitocina (hormona del amor y la felicidad) disminuye la ansiedad y aumenta la relajación y el bienestar.
Disminuyen la presión arterial
Los besos aumentan el ritmo cardíaco de tal manera que dilatan los vasos sanguíneos. Cuando los vasos sanguíneos se dilatan, el flujo sanguíneo aumenta y causa una disminución inmediata de la presión arterial. Esto significa que besar es bueno para el corazón, literal y metafóricamente.
Alivian el dolor menstrual
El efecto de los vasos sanguíneos dilatados y el aumento del flujo sanguíneo que hemos comentado anteriormente, pueden ayudar también a aliviar los dolores menstruales. Que nos besen estando en medio de esos días tan nefastos del mes realmente puede valer mucho la pena.
Calman los dolores de cabeza
Despídete de las excusas para recibir muestras de cariño cuando te duele la cabeza. La dilatación de los vasos sanguíneos y la disminución de la presión arterial también pueden aliviar los dolores de cabeza. Los besos también pueden ayudar a prevenir precisamente los molestos dolores de cabeza al reducir el estrés, que es un desencadenante conocido de estos dolores.
Pueden impulsar el sistema inmune
Intercambiar saliva puede aumentar nuestra inmunidad al exponernos a nuevos gérmenes que fortalezcan el sistema inmunológico. Un estudio de 2014 publicado en la revista Microbiome descubrió que las parejas que se besan con frecuencia comparten la misma microbiota en la saliva y en la lengua.
Reducen la respuesta alérgica
Se ha demostrado que los besos proporcionan un alivio significativo de las alergias y otros signos de reacción alérgica asociados con el polen y los ácaros del polvo doméstico. El estrés también empeora las reacciones alérgicas, por lo que el efecto de los besos sobre el estrés también puede reducir la respuesta alérgica de esa manera.
Mejoran los niveles de colesterol
Un estudio de 2009 publicado en la revista Western Journal of Communication encontró que las parejas que aumentaron la frecuencia de besos románticos experimentaron una mejora en el colesterol total. Como ya sabemos, mantener el colesterol bajo control reduce el riesgo de varias enfermedades, incluidas enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Ayudan a prevenir las caries
¿Prevenir las caries? Así es. Los besos estimulan las glándulas salivales, lo que aumenta la producción de saliva. La saliva lubrica la boca, ayuda a tragar y evitar que los restos de comida se peguen a los dientes, lo que puede conducir a la prevención de caries.
Son una especie de barómetro de compatibilidad física
Como decía el clásico de 1964 «The Shoop Shoop Song (It`s in his kiss). La clave está en los besos. Un estudio de 2013 publicado en la revista Archives of Sexual Behavior concluyó que los besos pueden ayudarnos a evaluar la idoneidad de un posible compañero o pareja. De acuerdo con las mujeres encuestadas, un primer beso puede atraernos o provocar todo lo contrario cuando se trata de la seducción.
Aumentan el deseo sexual
Los besos románticos conducen a la excitación sexual y, a menudo, son la fuerza impulsora detrás de la decisión de una persona de tener sexo con alguien, sobre todo en el caso de las féminas. La saliva también contiene testosterona, una hormona sexual que desempeña un papel en la excitación sexual. Cuanto más tiempo y más apasionadamente besas, más testosterona se libera.
Tonifican los músculos faciales
¿Un poco de gimnasia facial? El acto de besar puede involucrar de 2 a 34 músculos faciales. Besarse a menudo y usar estos músculos es como un ejercicio práctico y efectivo (y placentero) para la cara y el cuello. Besar con pasión puede ayudarnos a fortalecer los músculos faciales. Desarrollar los músculos faciales también puede aumentar la producción de colágeno, lo que contribuye a una piel más firme y más joven.
Queman calorías
Usar esos músculos faciales también quema calorías. Podemos quemar de 2 a 26 calorías por minuto, dependiendo de cómo de apasionado sea nuestro beso. Este puede no ser el mejor régimen de entrenamiento si estás tratando de perder peso, pero sin duda es mejor que la elíptica.
Besa mucho
Así las cosas, los besos, independientemente de con quién nos besemos, pueden tener un impacto positivo en nuestro bienestar emocional y físico.
Los besos hacen que ambas partes se sientan bien consigo mismas y pueden ayudar a fortalecer las relaciones de todo tipo, así que no lo olvides… besa y besa a menudo.
Fuente: Muy Interesnate