Fernando Espinoza cometió cuatro fallas lo largo de la jugada que derivó en el polémico tanto de Julián Carranza en el cuarto minuto de descuento. Aquí, el análisis
No fue uno: fueron cuatro los errores del árbitro Fernando Espinoza en el controvertido gol de Julián Carranza que sentenció el 1-1 para Banfield ante Belgrano en Córdoba. La situación se dio en el cuarto minuto de descuento: el juez sancionó que César Rigamonti, arquero del conjunto local, demoró más de seis segundos en reponer el juego. Darío Cvitanich apuró el cobro, Espinoza lo validó y el juvenil delantero, con el arco vacío, firmó la igualdad. Ahora bien, ¿en qué instancias falló el árbitro?
Primer error: había falta a Rigamonti en la acción en la que se quedó con el balón. Espinoza lo omitió, tal vez confiado en que el arquero tenía la pelota en su poder.
Del borbollón quedaron el portero y Cvitanich enfrente suyo, dialogando. Segundo error: la cuenta de seis segundos no debió haber comenzado con el atacante visitante impidiendo que Rigamonti pudiera salir.
Tercer error: El reglamento indica: «se concederá tiro libre indirecto si un jugador impide que el guardameta lance el balón con las manos, o patea o imtenta patear el balón cuando el guardameta está en el proceso de lanzar el balón con las manos». En consecuencia, Espinoza debió haber marcado infracción de Cvitanich. Pero sancionó al revés.
Cuarto error; el menos grave en la cadena, porque tuvo otras tres oportunidades para redimirse: Rigamonti le cede la pelota a Cvitanich y la pone en juego. Pero Espinoza nunca da la orden, ni se lee en sus labios un «juegue» que alerte de que el juego se reanudó.
La increíble cadena de errores propició el empate de Banfield cuando el triunfo de Belgrano parecía sellado. Y dio a luz a un gol que está llamado a ser uno de los más polémicos de la presente edición de la Superliga.
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