Lo que parecía un cierre de año tranquilo para Boca Juniors se complicó en la Bombonera. La eliminación en las semifinales del Torneo Clausura ante Racing no solo dejó al equipo sin el título, sino que sembró una gran incertidumbre sobre el futuro de su director técnico, Claudio “El Sifón” Úbeda.
Su continuidad para la temporada 2026, que hasta hace poco parecía encaminada, es ahora un enigma que el presidente Juan Román Riquelme y su comitiva tendrán que despejar antes de fin de año.
El partido que lo cambió todo: reacciones, errores y crítica
La derrota por 1-0 ante la Academia fue dura en lo futbolístico y en lo simbólico. El principal cuestionamiento hacia Úbeda recayó en su falta de reacción táctica durante el encuentro. Su decisión más polémica fue sustituir a Exequiel “Changuito” Zeballos, el jugador más desequilibrante, por Alan Velasco, quien arrastraba más de dos meses de inactividad. La explicación del técnico sobre un supuesto cansancio del jugador fue desmentida por el entorno del futbolista, y el cambio generó el visible descontento de referentes como Leandro Paredes dentro de la cancha.
Úbeda pareció paralizado mientras el partido se le escapaba. Sus cambios posteriores, como el ingreso de Rodrigo Battaglia sobre el final del partido, fueron vistos como tardíos e insuficientes para torcer un rumbo que ya parecía decidido. La imagen final fue la de un equipo sin ideas y un entrenador que no supo encontrar soluciones en una instancia clave, lo que dejó una fuerte sensación de falta de experiencia en instancias decisivas.
Un balance con luces y sombras: lo que pesa a favor y en contra
La evaluación de Úbeda no puede basarse en un solo partido, aunque este haya tenido un peso enorme. En su haber, el entrenador tiene aspectos muy valorados por la dirigencia. Tras la trágica muerte de Miguel Ángel Russo, Úbeda supo estabilizar al grupo con un manejo cercano y directo. Bajo su conducción, el equipo logró una racha de cinco victorias consecutivas, que incluyó un contundente Superclásico ante River Plate y la clasificación a la Copa Libertadores 2026.
Su trabajo mejoró notablemente la solidez defensiva y dio coherencia al esquema del equipo. Figuras como Leandro Paredes han expresado públicamente su apoyo, llegando incluso a comparar su metodología con la de Lionel Scaloni. Sin embargo, la imagen opaca dejada en la eliminación y la percepción de que el equipo no supo controlar los partidos clave más recientes ponen una mancha considerable en su gestión.
La pelota está en los pies de Riquelme: las opciones sobre la mesa
La decisión final recae en Juan Román Riquelme. Úbeda y su cuerpo técnico tienen contrato vigente hasta junio de 2026, por lo que, en teoría, podrían continuar al menos hasta esa fecha. Antes de la eliminación, la intención dentro del club era incluso la de renovar y extender ese vínculo, dándole mayor formalidad a su cargo.
Ahora, el escenario es diferente. Riquelme y su equipo analizarán el trabajo global de estos últimos meses, sopesando los logros obtenidos contra las falencias expuestas en el momento más crítico. La dirigencia debe decidir si confía en la continuidad del proyecto de Úbeda para afrontar un 2026 que incluye el retorno a la Copa Libertadores, o si considera que se necesita un cambio de rumbo para aspirar a los títulos que el club demanda. información extraída del medio TyC.




