Desde el municipio hemos pedido la competencia del Ministerio de Ambiente de la provincia del Chubut, solicitando que envíen técnicos para explicarle a la comunidad de qué se trata este proyecto”, adelantó ayer el intendente de Epuyén, Antonio Reato.
En referencia a un emprendimiento turístico minero artesanal sobre el arroyo Blanco, ubicado a pocos metros de su desembocadura en la cuenca del lago Epuyén.
La propuesta trajo preocupación en algunos habitantes de la Comarca Andina, sensibilizados con el tema, que se movilizaron pidiendo respuestas de las autoridades.
“Tampoco sabemos de ningún estudio de impacto ambiental, si es que corresponde su gestión ante el Ministerio de Turismo”, amplió Reato. “No es competencia del municipio, más allá de que contamos con una norma que prohíbe taxativamente cualquier tipo de prospección minera”, recordó.
En detalle, la Ordenanza 519/02 acota y regula el marco minero en Epuyén, prohibiendo la utilización de explosivos y de químicos en el proceso.
Sobre el nuevo proyecto, el vocero de los vecinos, Nelson Ávalos, marcó que “estamos preocupados por lo publicado en el Boletín Oficial, sobre la aprobación de un informe de impacto ambiental en el sector. La mina de oro aluvional que hay aquí se viene explotando desde hace muchos años de manera artesanal, que es una práctica común en la cordillera”.
Sin embargo, “lo extraño comienza cuando vemos la autorización para el uso de agua pública del arroyo Blanco con fines turísticos y recreativos. En una primera lectura del proyecto, uno se da cuenta de que cambia la modalidad de extracción de oro. Ya no es una mina con la batea para zarandear arena y piedras, sino que se habla de un emprendimiento turístico en ese mismo espacio de 320 hectáreas”.
A su turno, el encargado de la firma Puma en la zona, Fabián Zúñiga, precisó en el lugar que “no se utilizará ningún tipo de químicos para extraer el oro” y que “continuará como se viene haciendo históricamente. Hace 36 años que estamos en este río y jamás tuvimos intenciones de usar otro método que no sea el plato y la canoa de madera, que es lo que atrae a los turistas a hacer la experiencia”.
De igual manera, anticipó que “si el emprendimiento genera algún tipo de problemas o de división en la comunidad de Epuyén, los propios empresarios van a retirar el proyecto. Todos estamos en contra de la megaminería en la región, pero esto es otra cosa, netamente artesanal”, insistió.
No obstante, criticó la posición del Concejo Deliberante local, “autorizando a meter cien vacas dentro de la reserva, que están destruyendo el bosque nativo de maitenes y radales. Es un actitud dañina, no hay ley pareja”, subrayó Zúñiga
Diario Jornada