La joven cipoleña María Sol Mateos se convirtió en una de las emprendedoras más exitosas de la localidad y la rompe en Instagram con casi 30 mil seguidores de todo el mundo.
Hoy la joven hornea tortas para sus clientes y amigos bajo su marca Masolma, y también se dedica a dar clases a aquellos que tienen ganas de aprender desde los conceptos más básicos hasta las técnicas más intrincadas, destacó La Mañana de Neuquén.
Parte de los recuerdos más preciados de su infancia giran en torno al cariño de la familia y a la comida casera. Esos factores que ayudaron a despertar su interés por la gastronomía desde pequeña. Sus primeros pasos los dio junto a su mamá, su abuela y sus tíos y, a medida que fue creciendo, se animó a dar forma a sus propias creaciones.
En diálogo con LM Cipolletti, relató que comenzó a vender comida salada desde muy pequeña porque hacía deportes y necesitaba dinero para los viajes que realizaba junto al equipo. Luego se le dio por lo dulce y pasaba tardes enteras horneando budines y bizcochuelos de manzana que, con la ayuda de su hermano, eran un furor en el barrio y se vendían en segundos.
“Siempre me fue muy bien en la escuela; por eso, cuando dije que quería ser cocinera y pastelera muchas personas me cuestionaron por no seguir una carrera como Medicina o Abogacía. Por suerte mi familia nunca me desalentó. Todo lo contrario: ellos me apoyaron e incentivaron a seguir mis sueños. Después de dos años obtuve mi título en la Escuela de Cocineros Patagónicos, en Neuquén, y todo lo que tiene que ver con la repostería lo aprendí sola, mirando videos y leyendo libros”, destacó.
Sol aseguró que nunca entendió cómo es que llegó a tener casi 30 mil seguidores en Instagram, aunque está segura de que una de sus mayores atracciones son las fotos de las alocadas tortas que hornea a diario. Aunque se considera amante de lo tradicional, sus clientes son fanáticos de las tortas altas, coloridas, brillantes y prolijamente decoradas, como así también de las “drip cakes”, conocidas por tener una cobertura que chorrea en los costados.
“Siempre tuve mi cuenta y era personal, pero cuando empecé a subir fotos de lo que cocinaba, muchos me empezaron a encargar tortas y así se fueron multiplicando. Algunos me dicen que haga una aparte para mi marca, pero no quiero porque yo soy mi marca y quiero que me conozcan así”, dijo.
“Nunca estuve sola, sería egoísta decir que crecí por mi cuenta porque siempre tuve una ayuda de base (por su familia), y eso es muy importante reconocerlo para entender dónde estamos parados y dónde empezamos”, resaltó la pastelera.
ADN Sur