Serían padre e hijo. También buscan a otro familiar que tenía habilitación para conducir el VW Vento registrado en las cámaras de seguridad.
La cámara domo lo tomó claramente. A las 6:51 de esta mañana en Plaza Congreso, sobre Avenida de Mayo, el diputado radical riojano Héctor Olivares y el funcionario y asesor catamarqueño Miguel Yadón caminaban para una mañana de ejercicio, vestidos con equipos deportivos. Un Volkswagen Vento gris los aguardaba tras un micro blanco, sobre la curva de la plaza.
Entonces, sale un brazo de la ventanilla del asiento de conductor. Se ve una chispa, luego otra, luego otra, más de diez balas en un ataque sicario a sangre fría. Yadón comienza a morir en el piso mientras Olivares enfrenta al tirador con una bala en el cuerpo. El tirador no huye de inmediato. Se queda en la vereda, pelo negro, buzo azul, estatura mediana.
Olivares se sienta en un tope de metal del cordón, con un dolor extremo, pide ayuda. Sale otro hombre del Vento, vestido de negro, delgado, que habla con el tirador, cruza Avenida de Mayo y se va. Un ciclista ve a Olivares y lo asiste. El Vento deja el lugar, con sus luces traseras encendidas, va por Avenida de Mayo, con rumbo norte.
Yadón llegaría muerto al Hospital Ramos Mejía poco después. Olivares, en grave estado, enfrentó una cirugía para salvar su vida. El ministro de Seguridad porteño, Diego Santilli, afirmó al mediodía en una conferencia de prensa que el arma del sicario era de calibre 40. La ministra nacional, Patricia Bullrich, por su parte, arriesgó que el blanco «era Yadón». No es la única que piensa así. Voces en el Congreso apuntan lo mismo. Es una teoría.
Mientras tanto, el Vento se convirtió durante algunas horas en el auto más buscado de la República Argentina. Su patente trascendió rápidamente y llevó a su titular: Juan Jesús Fernández, 42 años, monotributista hasta mediados de 2018, registrado en el rubro de venta ambulante de comida de la AFIP, con domicilios fiscales en Santa Cruz y en Santa Fe, vecino del barrio de Congreso.
La Justicia, con una investigación a cargo de la Fiscalía Nº 40 de Estela Andrades, ya tiene su nombre y su dirección. Cuatro policías de civil lo esperaban dentro de un Chevrolet en la puerta de su edificio a media mañana. Un vecino consultado por Infobae confirmaba que sí, que el hombre vive efectivamente allí hace algunos años, sin decir mucho más. Nadie atendía el timbre en su departamento, tampoco su teléfono.
El Vento era suyo desde el 19 de octubre de 2015 de acuerdo a información oficial. Su dueño original, un hombre dedicado al negocio inmobiliario hoy jubilado, lo había vendido a una concesionaria de usados en Villa Luro sobre la avenida Rivadavia: nunca conoció a Fernández.
Hoy, el auto acumula $35.507 pesos en multas a nivel nacional de acuerdo a registros. Las infracciones son varias: incumplimiento de grabado de autopartes, estacionar en espacios reservados, excesos de velocidad en la provincia de Buenos Aires, en Santa Fe a la altura de Fighiera sobre la Ruta 9.
Hoy, casualmente, tres nuevas multas impactaron en el registro por más de 15 mil pesos, todas en la Ruta Provincial 2 por exceso de velocidad en los kilómetros 52, 114 y 180. ¿Esto implica una fuga caliente? Las fechas de estas infracciones son por lo menos remotas, corresponden a enero de 2016 y 2017 respectivamente.
Hay, también, otro hombre vinculado al auto, autorizado para conducirlo, Rafael de la Santísima Trinidad Cano Carmona, 50 años, un transportista con domicilios en Santa Fe y en Capital Federal, ex monotributista.
¿El auto fue robado para el ataque? ¿O Fernández es acaso el tirador? Matar a alguien a sangre fría y herir gravemente a otro no suele ser un primer delito. Sin embargo, el hombre no tiene antecedentes, al menos en los registros de la Cámara Criminal y Correccional del fuero ordinario, de la Cámara Federal porteña. Tampoco tiene causas a su nombre en los registros de reincidencia del Ministerio de Seguridad bonaerense. Tampoco estuvo preso dentro del sistema de federal de cárceles. Fuentes policiales hablan de cuatro supuestas armas a su nombre y una credencial de usuario vencida, entre ellas una calibre 40, la misma medida que se usó para matar a Yadón y herir al diputado.
Por otra parte, al menos hasta el mediodía, nadie había presentado una denuncia por robo del Vento. Poco después, la Policía Federal encontró el auto en un estacionamiento de la calle Mitre al 1400 a pocas cuadras de la escena del crimen.
Infobae