La Justicia canónica separó a Fernando Yáñez y le quitó su cargo de sacerdote luego de que fuera denunciado por abusar de un menor. Sin embargo, la decisión no fue por esa acusación sino por delitos relacionados a lo económico.
El cura, que en su momento se había defendido diciendo que “necesitaba cariño” y que “la tentación es más grande”, estaba a cargo de un hogar de menores. Tras la denuncia, fue absuelto por la Justicia mendocina que no pudo dar con el menor, pero el tribunal eclesiástico lo encontró culpable en otros tres delitos y le redujo el estado clerical, la pena máxima que se le puede aplicar a un sacerdote.
La medida fue tomada por delitos económicos: «desobediencia pertinaz, ejercicio ilegítimo de una función sacerdotal y suscitar públicamente aversión y odio contra la Sede Apostólica o el Ordinario”.
En 2016 se divulgó un audio donde el ex cura reconoció los abusos mientras tenía a su cuidado a niños y adolescentes internados en un hogar en Monte Comán, San Rafael.
En los audios admitió haber abusado de ellos. “Uno está rodeado de varones y necesita cariño”, decía el sacerdote.
Diario Popular