Diego Maradona no tuvo el debut que soñaba como entrenador de Gimnasia. El equipo perdió ante Racing 2-1 en La Plata, por la 6° fecha de la Superliga, y sigue último en la tabla de posiciones y complicado con el descenso. Los goles del partido los convirtieron Diego González, tras un córner ejecutado por Barbona a diez minutos del final del primer tiempo y Matías Zaracho (para la Academia), mientras que Matías García había anotado la transitoria igualdad en el segundo tiempo.
Racing salió decidido a no ser un invitado a la fiesta del Lobo. Fiel a su estilo, buscó atacar desde el primer minuto, desde el esquema táctico habitual 4-1-3-2, con un mediocampo con Barbona, Diego González y Zaracho parados delante de Nery Domínguez (el volante central) y con dos delanteros bien definidos: Cvitanich y Lisandro López. Pero Gimnasia no le iba a hacer fácil el desarrollo.
Tras 23 años y cuatro meses sin trabajar como entrenador en Argentina, llegó Maradona y, al menos desde el ánimo y la expectativa, todo cambió. La popularidad y el carisma del campeón mundial de 1986 y uno de los mejores jugadores de la historia produjo un radical cambio de ánimo, instigando un tsunami de optimismo y elevando el ánimo más decaído a la altura del Everest. Pero, por el momento, Gimnasia no supo plasmarlo en el campo de juego.