La mujer policía que denunció a un jefe de la Agencia de Seguridad Vial de Chubut acusándolo de acoso sexual y violencia de género rompió el silencio y al salir a hablar públicamente de lo que está padeciendo por no haberse quedado callada, desmintió que el funcionario acusado haya sido desplazado o suspendido.
Aseguró que solo lo cambiaron de lugar y que lo están protegiendo. “Hoy soy yo la culpable y él es víctima”, dijo.
La sargento Noelia Arrative ahora no tiene la luz ni gas en su casa porque le cortaron esos servicios por falta de pago. Antes que denunciara y desatara un verdadero escándalo en la Administración Provincial de Seguridad Vial, ella podía afrontar esas deudas porque hacia servicios adicionales de vigilancia fuera del horario de trabajo y con eso lograba un ingreso extra.
“Lo que quiero aclarar es que mi denuncia no apunta al director Ejecutivo Leonardo Das Neves”, aseguró al comienzo de su diálogo con EL CHUBUT y continuó diciendo que el caso que la perjudicó lo puso en conocimiento de la segunda jefe del organismo un mes antes de que se presentara a denunciarlo en la Comisaría de la Mujer.
Ella esperaba que como la funcionaria es mujer “tomara cartas en el asunto” para que el hecho “no pasara a mayores”, pero nada de eso ocurrió.
“Venía hace un mes aguantando malos tratos”, contó Noelia, “aguantando que me dejen sin servicio adicional siendo que todos mis superiores tenían conocimiento de que estaba pasando una situación económica mala. Y por eso llegué a la Agencia, pidiendo un horario de mañana para poder conseguir un segundo trabajo que me permitiera solventar mis gastos, ya que no percibo cuota alimentaria del padre de mis hijos, y tengo que mantener a un nieto”, explicó.
“Entonces el señor Leonardo Das Neves fue muy amable en ese momento, me ofreció que quedara a disposición de la Agencia y que él arbitraría los medios como para que yo hiciera un servicio (de vigilancia adicional) en los molinos (de viento cercanos a Trelew)”, siguió relatando.
“Hay un tercer jefe civil de la Agencia, ese señor comenzó a enviarme mensajes de texto subidos de tono mientras nos encontrábamos en una comisión de servicio junto a una pareja suya.
Digamos que gambeteé la situación”, confió y acotó: “Tengo 41 años y no me voy a asustar por algo que ya me ha sucedido otras veces, como es el hecho de que un compañero me quiera levantar, hablando vulgarmente”.
Seguidamente contó: “El hecho es que ahora se metieron con mi trabajo, con mis servicios adicionales que son un derecho adquirido que me gané. Y más grave aún lo veo cuando el comisario que está a cargo nuestro me llama por teléfono y me dice: ‘Presentate una carpeta médica, porque acá te van a hacer la vida imposible’”, relató.
“A mí, a partir del momento en que me niego a tener algún tipo de relación no laboral con este señor (por el denunciado), me empezó a cortar los servicios. Y así me tuvieron un mes. Yo actualmente me encuentro con una carpeta médica, con ataques de pánico. Está todo certificado por el médico. No estoy bien porque a eso se suma toda la situación que estoy viviendo en mi casa porque a mí este servicio adicional que me sacaron me ayudaba a solventar gastos de comida, de luz, de gas que hoy no puedo afrontar».
Tengo todos los servicios cortados y no he recibido llamados de nadie”, aseguró.
“Hoy soy yo la culpable y él es víctima; él sigue trabajando, lo corrieron hacia otro puesto y sigue dando órdenes”, afirmó.
“¿Pero entonces todo lo que se dijo públicamente después de su denuncia es mentira?”, se le consultó.
“Cuando el director de la Agencia salió a decir que estaba separado de su cargo, yo sé que lo habían mandado a Comodoro a reparar una camioneta y tengo entendido que al día de la fecha lo movieron hacia otro puesto, pero sigue trabajando ahí.
Tampoco es mi intención quitarle el trabajo a alguien; lo que quiero es que se respete lo que ordenó un juez y que se salga a decir mentiras, como, por ejemplo, que habían resguardado a la víctima cuando a mí nadie me preguntó nada”, aseguró.
“Es más, estoy reclamando un servicio que se me adeuda porque 3.500 pesos para ellos no es nada, pero a mí me sirve para solventar mis gastos diarios, y no me los reconocen. No me los quieren pagar”, denunció.
Al finalizar Noelia Arrative expresó: “Yo simplemente hubiera querido que se dijera la verdad, aunque sea que me hubiesen llamado por teléfono para preguntarme cómo estaba, porque el señor Leonardo Das Neves -de quien tengo aprecio, desde antes de ingresar a la Agencia- él nunca dio la cara, no me llamó”, concluyó.