Nora Fuentes, jefa del Servicio de Farmacia del Hospital Santa Teresita de Rawson, presentó en el Congreso Argentino de la Asociación Argentina de Farmacia Hospitalaria, llevado a cabo en la ciudad de Mar del Plata, un «Preparado Magistral» (tal su nombre) que fue preparado para un paciente por una prescripción médica en particular, solicitada por el médico oftalmólogo.
Se elaboró en el laboratorio de la Farmacia del Hospital.
Una vez elaborado y empleado en el paciente, se vieron los resultados a las 72 horas.
El paciente tenía una ameba que podía perforarle la córnea y riesgo de perder el ojo. A los 30 días de usar el «Preparado Magistral», el paciente salió del riesgo de perder su ojo.
Fuentes, en diálogo con FM EL CHUBUT, contó que participó de este Congreso desde el pasado 22 y que la Asociación Argentina de Farmacia Hospitalaria «nuclea a los farmaceúticos de todo el país y, una vez al año, posibilita que todos podamos vernos en este Congreso y además presentar algún proyecto o trabajo que haya sido de relevante».
«En el caso nuestro, lo aprobaron y hubo buena repercusión porque gracias al trabajo en sí, el Ministerio de Salud decidió que el paciente nos acompañe y eso tuvo un impacto emocionante en el Congreso», remarcó.
El «Preparado Magistral no se puede adaptar a todos los pacientes; en el mercado no existe ese preparado por la poca incidencia que hay en esa ameba alojada en la córnea.
Por lo tanto, lo hicimos pura y exclusivamente entre el médico tratante en el laboratorio de la Farmacia del Hospital, conociendo nuestras limitantes en cuanto a equipamiento», relató.
Para la elaboración ya se contaba con un patrón previo, la forma para prepararlo ya estaba.
Pero la fórmula se logró con estudio de búsqueda bibliográfica y confianza, empleando las fórmulas ya certificadas y normatizadas, en relación a casos que ya hayan ocurrido en otros pacientes, pero «la incidencia de esta enfermedad es tan baja que el mercado no justifica su fabricación», detalló.
El paciente «tenía riesgo de perder su ojo, porque se podía perforar su córnea, ya que la ameba estaba alojada ahí -agregó- al ser la córnea un tejido vascular permite un crecimiento muy rápido; cuando se implementa el tratamiento se logra que la ameba deje de crecer a las 72 horas y según el oftalmólogo eso era mejor de lo esperado y salió del riesgo de perder su ojo».
Fuentes se refirió, asimismo, a la experiencia vivida en el Congreso con otros colegas, donde se vivieron días de aprendizaje y en lo personal «me he sentido muy acompañada y apoyada por mis colegas y compañeros de trabajo. Porque a pesar de las limitantes pudimos lograrlo», indicó.