El Papa Francisco, quien estaba evidentemente resfriado el miércoles cuando abogó por los enfermos de coronavirus, canceló este jueves (27.02.2020) su presencia en un oficio religioso por una «ligera indisposición», indicó la Santa Sede. El pontífice argentino rara vez cancela una cita de su apretada agenda.
El miércoles, que en general es una jornada muy cargada, estaba resfriado y con frecuencia tosía durante la audiencia general organizada al aire libre en la plaza de San Pedro y durante la cual apretó las manos a decenas de fieles y manifestó su cercanía a los contagiados con el coronavirus en todo el mundo.
«Debido a una ligera indisposición, prefirió quedarse cerca a la residencia Santa Marta donde se aloja en el Vaticano», aseguró el director de la sala de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, en un comunicado.
En la tarde, participó en la tradicional procesión de los miércoles de Ceniza en la basílica de Santa Sabina en Roma y cumplió el rito de la imposición de la cruz de ceniza en la frente, gesto que marca el inicio de la Cuaresma católica.
Pese a no acudir a la basílica de San Juan de Letrán donde se encontraría con el clero de Roma, Francisco mantuvo una audiencia con los miembros del Movimiento Católico Global para el Clima y otras dos reuniones privadas.