El presidente de Siria, Bashar al Assad, afirmó que el alto el fuego acordado ayer entre su aliada Rusia y Turquía, que apoya a la oposición, en la provincia de Idlib puede “relanzar el proceso político” en el país, sumido en una una guerra civil desde 2011.
“Los acuerdos que se han alcanzado se encaminan en los esfuerzos para garantizar la soberanía de Siria y la unidad de su territorio, además de que puede ayudar en preparar el ambiente para relanzar el proceso político”, indicó la Presidencia siria en un comunicado.
Las declaraciones de Al Assad se producen luego de la llamada telefónica que mantuvo con su par ruso, Vladimir Putin, la primera reacción oficial tras el anuncio de alto el fuego en Idlib, último bastión de la oposición yihadista, que cuenta con el apoyo de una coalición que inlcuye, además de a Ankara, a Estados Unidos, entre otros.
El comunicado de la Presidencia siria señaló que “el presidente Al Assad expresó durante esta llamada su satisfacción por lo que la comandancia rusa ha logrado durante el encuentro con el turco en Moscú”, sin mencionar al presidente Recep Tayyip Erdogan, con quien Putin acordó la tregua ayer en la capital rusa, informó la agencia de noticias EFE.
La nota señaló además que el cese de las hostilidades puede tener “repercusiones positivas sobre el pueblo sirio en los diferentes aspectos, incluso el aspecto humanitario, social, económico en el caso de que la parte turca se comprometa a ello”.
Por su parte, Putin indicó que la implementación de los acuerdos alcanzados ayer “permitirá estabilizar la situación en la zona de Idlib”, en un comunicado oficial del Kremlin.
La norteña región siria de Idlib estaba hoy en relativa calma en medio de una tregua acordada ayer para acabar con una escalada que ha provocado una crisis humanitaria y que amenazaba con un conflicto directo entre ambos países.
El acuerdo hizo crecer las esperanzas de poner fin a una de las fases más sangrientas del conflicto sirio, pero los residentes de Idlib se mostraron escépticos de que este acuerdo dure más que otros anteriores.
El pacto también contempla establecer un amplio corredor de seguridad de 12 kilómetros a lo largo de la autopista M4, que corre del este al oeste de Siria y pasa por Idlib.
El corredor estará patrullado conjuntamente por tropas rusas y turcas a partir del 15 de marzo.
El acuerdo servirá «como buena base para terminar con los enfrentamientos en la zona de distensión de Idlib, poner fin al sufrimiento de la población civil y contener una crisis humanitaria creciente», dijo ayer Putin.
Turquía ha sufrido varias bajas entre los miles de militares que ha enviado al norte de Siria desde diciembre, en su intento de frenar la ofensiva de Siria y Rusia contra rebeldes islamistas apoyados por el Ejército turco.
La ofensiva causó una catástrofe humanitaria, con casi un millón de personas que abandonado sus hogares por los combates en el mayor éxodo forzoso de personas en casi nueve años de guerra en Siria, que se cumplen este mes.
Cientos de civiles han muerto por los bombardeos y combates, que también han alcanzado decenas de instalaciones médicas.
Idlib, donde el ejército sirio y su aliada Rusia están llevando a cabo una ofensiva desde el pasado abril, está prácticamente dominada por el Organismo de Liberación del Levante, una alianza islamista en la que está incluida la exfilial siria de Al Qaeda, a la que Moscú y Damasco consideran «terrorista».
Además de esta alianza, el Frente Nacional de Liberación, integrado principalmente por facciones sirias que operan bajo el paraguas del rebelde Ejército Libre Sirio (ELS), combate contra las tropas leales al presidente sirio y cuenta con el respaldo de Turquía.
La ofensiva de Damasco y Moscú contra los insurrectos en Idlib comenzó el 29 de abril pasado y desde entonces ha habido tres altos el fuego.
El primero de ellos fue tras la toma de la ciudad estratégica de Jan Shijún, en el sur de Idlib. El alto el fuego se rompió dos meses después tras la primera visita de Al Asad a Idlib desde que comenzó la guerra en Siria en 2011.
El segundo tuvo lugar en enero, pero fue de muy corta duración y supuso una oportunidad para las tropas sirias, que avanzaron en su campaña terrestre.
Este tercer alto el fuego ha tenido lugar después de que Turquía anunciara una ofensiva tras vivir su peor episodio desde 2016, fecha en la que interviene en Siria, por la muerte de más de una treintena de sus soldados en un ataque de Damasco en Idlib.