Astrónomos de la NASA se llevaron una sorpresa al hallar una inusual composición química en el cometa 2I/Borisov, que el año pasado ingresó desde el espacio interestelar al Sistema Solar, lo que les proporcionó nueva información sobre el origen de este objeto espacial.
El equipo internacional de investigadores, dirigido por los científicos planetarios Martin Cordiner y Stefanie Milam del Centro de vuelo espacial Goddard de la NASA, descubrieron que el gas proveniente del cometa contenía más monóxido de carbono (CO) del que se había detectado en cualquier otro cometa que se encontrara a menos de 2 unidades astronómicas del Sol (menos de 300 millones de kilómetros). La concentración de CO en el gas proveniente del 2I/Borisov fue entre 9 y 26 veces mayor que en un cometa promedio en nuestro sistema solar, según el estudio, publicado este 20 de abril en Nature Astronomy.
«El cometa debe haberse formado a partir de material muy abundante en hielo de monóxido de carbono, que sólo está presente a las temperaturas más bajas que se encuentran en el espacio, por debajo de los -250 grados Celsius», explicó Milam en un comunicado.