Los responsables de esas residencias se quejan porque no cuentan con los materiales para hacer tests de detección.
Después de dos meses y más de 10.000 muertos que han colocado a los asilos de ancianos entre los lugares más terroríficos para estar durante la crisis del coronavirus en Estados Unidos, muchos de ellos todavía no tienen acceso a la cantidad suficiente de pruebas para detectar el virus y ayudar a frenar la propagación entre sus frágiles y ancianos residentes.
Ni el gobierno federal ni el de Nueva York, líder en la cantidad de muertes en geriátricos, pide tests obligatorios para todos los residentes y trabajadores.
Organizaciones que se ocupan de proteger a los adultos mayors señalan que apenas un tercio de los 15.000 geriátricos en todo el país tiene ya acceso a los tests que permitan aislar a los enfermos y frenar los contagios.
“Esto muestra que cuanto más tardemos en empezar a tener pruebas para todos, vamos a ver este tipo de historias por un tiempo muy largo», dijo Brian Lee, de la organización Familias para Mejor Cuidado. “Una vez que entró, no hay forma de frenarlo y hasta que llegues a detectarlo con una prueba, demasiadas personas ya están contagiadas», advirtió.
Esta situación quedó clara en los brotes registrados en algunos de los mayores asilos de ancianos del país. Luego de que un hogar en el barrio de Brooklyn, en Nueva York, reportó 55 muertes por coronavirus la semana pasada, su dueño admitió que el diagnóstico se les hizo simplemente basándose en los síntomas y un poco adivinando, porque no tenían disponibles los tests para los residentes ni el personal.
En un asilo en Richmond, Virginia, donde ya hubo 49 muertes, el director médico dijo que el testeo de todos los residentes se demoró cerca de dos semanas debido a la escasez de kits para pruebas y por una serie de requisitos burocráticos. Cuando lograron hacerlo, el contagio estaba fuera de control, con 92 residentes que dieron positivo.
Mark Parkinson, CEO de la Asociación Estadounidense de Salud, que representa a las residencias más antiguas, señala que «sólo un muy pequeño porcentaje» de los residente y personal han sido sometidos a los tests, porque ni el gobierno federal ni el del estado tienen a los geriátricos entre sus prioridades.
El país actualmente realiza unos 150.000 tests por día, para un total de 4.5 millones de resultados registrados, según datos compilados por el Covid Tracking Project. Expertos en salud pública afirman que deberían ser muchos más. «Necesitaríamos millones de pruebas por día», dijo el doctor Ashish Jha, director del Harvard Global Health Institute.