La carrera por una vacuna anti-COVID-19 en la que están universidades y farmacéuticas de varios países hace temer que el descubrimiento beneficie solo a quienes puedan pagarlo, lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) quiere evitar mediante una alianza mundial público-privada que ayer presentó. Sus últimos datos sobre la pandemia en el mundo recogen 2,6 millones de casos, 1,28 en Europa, aunque con tendencia a la baja. Estados Unidos se acerca al millón de casos. El número de muertes en el mundo se acerca a 200.000
La alianza, en la que participan gobiernos de Europa, Latinoamérica, Africa y Asia, así como entidades que federan a productores de fármacos en todo el mundo, está pensada también para dar a los países de menores ingresos, acceso a los test de diagnóstico y al tratamiento que se descubra para el coronavirus.
“El mundo necesita estas herramientas y rápido”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, al presentar la iniciativa bautizada como “ACT Accelerator” en una vídeoconferencia en la que estuvo conectado con numerosos mandatarios y representantes del sector privado involucrado en las investigaciones científicas que se realizan para frenar la pandemia.
“La experiencia del pasado nos muestra que incluso cuando tenemos a disposición las herramientas, éstas no han estado al alcance de todos en igualdad de condiciones y esto no lo podemos permitir”, declaró Tedros.
En su intervención desde Madrid, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, subrayó que el acceso a tratamientos y vacunas eficaces en todos los países es ineludible porque “mientras haya personas afectadas por la COVID-19 en cualquier lugar del mundo nadie estará seguro”.
“Mi país está comprometido en hacer todo lo que se requiera para evitar que algo similar vuelva a ocurrir, ya sea en España o en cualquier otra parte de mundo. Creemos que la solidaridad y el multilateralismo son el único camino hacia adelante”, agregó Sánchez.
Todos los centros de investigación con capacidad de desarrollar vacunas han pisado el acelerador y están buscando una vacuna contra el coronavirus en distintos países, y varios experimentos están en fase avanzada en Alemania, España, Reino Unido, Estados Unidos, China y otros países.
Costa Rica ha anunciado que desarrollará sus propias pruebas de diagnóstico reemplazando algunas de las tecnologías utilizadas en los test disponibles por otras que tienen menos demanda en el mercado mundial y que, por tanto, son más accesibles.
En el evento organizado por la OMS, el presidente costarricense, Carlos Alvarado, recordó que su país trabaja en medidas concretas para que todo el mundo tenga acceso a la tecnología para vencer al COVIC-19.
Con ese fin Costa Rica planteó a finales de marzo a la OMS la creación de una plataforma donde se depositen las patentes de las invenciones y descubrimientos que se vayan haciendo en torno al coronavirus para que luego todos puedan tener acceso a ese conocimiento.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, expresó su deseo de que China y Estados Unidos “se puedan reconciliar alrededor de esta iniciativa, pues no podemos permitirnos ninguna división”.
Fue notorio que en el lanzamiento del “ACT Accelerator” no participara China, cuna del coronavirus y que ha aportado ayuda a países muy golpeados por la pandemia luego de haber superado lo peor en su propio territorio.
También estuvo completamente ausente Estados Unidos, luego de las graves acusaciones del presidente Donald Trump contra la OMS, por supuesta mala gestión de la pandemia y encubrimiento de China, argumentos con los que ha justificado su decisión de recortar todos los fondos que su país destinaba a la institución.
La canciller alemana Angela Merkel prometió su apoyo a todos estos esfuerzos y dijo que vacunas, tratamientos y test deben ser considerados “bienes públicos” para ser producidos y distribuidos en todas las regiones del mundo.
Los mandatarios de Ruanda, Malasia, Arabia Saudí, así como la presidenta de Comisión Europea, Ursula von der Leyen, entre otros, se unieron a la iniciativa, que tendrá como uno de sus apoyos más sólidos a la Fundación Bill y Melinda Gates, que está entre los primeros contribuyentes al presupuesto de la OMS desde hace años.
El sector privado estuvo representando por los líderes de la Federación Internacional de Fabricantes de Productos Farmacéuticos, de la Asociación de Medicamentos Genéricos y Biosimilares, y de la Red de Fabricantes de Fármacos de Países en Desarrollo, que se comprometieron a trabajar en favor de un acceso equitativo a vacunas y tratamientos.
Varios expertos coinciden en que la vacuna es la mejor respuesta a la pandemia, aunque recuerdan que no es la única, una reflexión que surge cuando se piensa en los avances que sin ella se han hecho en otras pandemias, como la tuberculosis, la malaria y el paludismo.
“A pesar de todas las inversiones todavía no tenemos vacunas contra estas enfermedades, pero con diagnósticos y profilaxis hemos logrado reducciones enormes en la mortalidad y muchos han eliminado estas amenazas”, recordó el director del Fondo de la ONU para la lucha contra el VIH, la Malaria y la Tuberculosis, Peter Sands.