A medida que aumenta el número de muertes en todo el mundo por el nuevo coronavirus, hay un patrón que se repite en el mundo: las cifras muestran que son más los hombres los que se están enfermando gravemente -y muriendo- a causa del virus. En el estado de Nueva York, la zona roja del brote en los EEUU, por ejemplo, más del 60 por ciento de las más de 6.200 muertes totales han sido hombres.
Pero lo de Nueva York no es un hecho aislado, desde su surgimiento en Wuhan, China, los hombres se estaban enfermando gravemente a un ritmo mayor que las mujeres. Y este patrón parece estar repitiéndose en gran medida – si bien en números ligeramente diferentes – en un país tras otro.
Los investigadores aún no están del todo seguros de por qué. Pero ya hay algunas pistas.
¿Podría ser que las tasas de fumadores sean más altas entre los hombres? ¿Demorán más en pedir atención médica? ¿O las respuestas se encuentran entre los genes y las hormonas sexuales de nuestros cuerpos que ponen a los hombres en un curso más arriesgado si se encuentran con el virus?
Como Marcia Stefanick, profesora de medicina en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, le dijo al Wall Street Journal, «hay profundas diferencias de sexo en los sistemas inmunológicos, y esta pandemia las está revelando». Pero, señaló, «lo que es la biología frente a lo que son nuestras normas sociales y comportamientos de género confunde nuestra capacidad de entender lo que está pasando.»
Encontrar respuestas podría ayudar a desarrollar protocolos de tratamiento y medidas de prevención más eficaces, así como conducir a una vacuna más exitosa.
Existe una variedad de diferencias biológicas clave en la forma en que los hombres y las mujeres luchan contra las infecciones. Las mujeres, por ejemplo, tienden a montar una respuesta inmunológica más fuerte. Los investigadores, según difundió el medio norteamericano Vox, creen que esto se debe en parte a que la mayoría de las mujeres tienen dos cromosomas X, y el cromosoma X resulta contener la mayoría de los genes relacionados con el sistema inmunológico (y los que tienen dos cromosomas X en lugar de uno también tienen una mayor diversidad de respuestas inmunológicas). Sin embargo, este funcionamiento inmunológico adicional también parece poner a las mujeres en mayor riesgo de contraer enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide y la enfermedad de Crohn.
Las hormonas también podrían ser la respuesta a este interrogante. Es que algunas células inmunes importantes tienen receptores de estrógeno, y se ha demostrado que un suplemento de estrógeno aumenta la respuesta inmunológica general en los ratones.
Un estudio realizado en 2017 en el Journal of Immunology examinó específicamente las diferencias entre los sexos con respecto al coronavirus que causa el SARS (que , como el COVI-19, mató a más hombres que mujeres durante un brote en 2003). En ese estudio, los investigadores descubrieron que los ratones machos eran más susceptibles al virus. Pero cuando bloquearon el estrógeno para que no funcionara normalmente en los ratones hembra, las hembras se enfermaron al mismo ritmo que los machos.
Estos patrones sexuales no son universales entre las infecciones. Por ejemplo, la gripe mata todos los años a más mujeres que hombres, explica VOX.
Estas son todas primeras respuestas ya que todavía hay mucho que aprender sobre el nuevo coronavirus, y hasta ahora no hay estudios que examinen específicamente estos factores biológicos.
No todo es biología, los factores de comportamiento también podrían ser decisivos.
Por ejemplo, un factor podría ser la tasa de fumadores. Una revisión de la investigación existente hasta el 17 de marzo concluyó que “fumar está muy probablemente asociado a los resultados adversos del Covid-19”. Hay un par de razones por las que esto podría ser así, señala la Organización Mundial de la Salud. Una es que los fumadores son más propensos a tener enfermedades pulmonares, que es un factor de riesgo establecido para la infección grave. La otra es que cuando se fuma, es más probable que una persona se toque la boca o la cara, lo que posiblemente permita que el virus entre fácilmente.
Y el fumar es a menudo más común entre los hombres que entre las mujeres. Según un análisis de 2017 en el Journal of Epidemiology & Community Health, el 54 por ciento de los hombres adultos chinos fumaban tabaco, en comparación con sólo el 2,6 por ciento de las mujeres chinas. El Banco Mundial informa que, en 2016, alrededor del 41 por ciento de los hombres surcoreanos fumaban frente al 6 por ciento de las mujeres. (España también muestra la misma tendencia general, al igual que los EEUU, pero la diferencia de sexo no es tan grande como en el caso de China y Corea del Sur).
Debido a que la investigación sobre todo esto es tan nueva, probablemente pasará algún tiempo antes de que tengamos una clara comprensión del papel que puede jugar el fumar.
Otras amplias variaciones sociales y culturales entre los géneros (que, sin duda, no son universales) podrían estar exacerbando aún más esta tendencia. Por ejemplo, en los Estados Unidos, diversos estudios muestran que los hombres se lavan las manos con menos frecuencia y que es menos probable que busquen atención médica al principio de una enfermedad. Una encuesta del 24 de marzo de Reuters reveló que un porcentaje menor de hombres que de mujeres se tomaban en serio las advertencias sobre el coronavirus – incluyendo el cambio de su comportamiento.
Las diferencias de sexo no son perfectamente consistentes. En esta pandemia, la información que se comunica en todo el mundo varía mucho. Y debido a la continua falta de pruebas y a la creciente preocupación por la falta de información sobre las muertes, todavía no tenemos una imagen completa de cómo el sexo se está convirtiendo en un factor de riesgo de la enfermedad, y cómo podría ser diferente en los distintos países. Algunos gobiernos, incluyendo el de los EEUU, ni siquiera informan de los casos por sexo. Sin embargo, a pesar de los detalles poco claros, el patrón se mantiene firme.