Nunca la Justicia le dijo que no controlara más los accesos a Chubut, ni tampoco que no hiciera más operativos para evitar que se viole la cuarentena. Al contrario, la jueza Mirtha del Valle Moreno le ordenó que obedeciera e hiciera cumplir el DNU del Presidente Alberto Fernández, en el que se reglamenta cómo cada ciudadano del país debe cumplir con el aislamiento social, preventivo y obligatorio a raíz de la pandemia del coronavirus.
Y esto, según el mismo Massoni, no se está haciendo. Él, en declaraciones a un medio de la zona que lo usa habitualmente para promocionarse, admite que relajaron los controles y por ende que no se está haciendo nada para evitar la circulación viral.
En Trelew, por ejemplo, está a la vista que desaparecieron los retenes y solo Massoni con su séquito policial sale a los barrios del oeste de la ciudad, a provocar la reacción de los vecinos atacándoles a balazos de goma las viviendas y a ellos también; con el pretexto de hacer cumplir la cuarentena.
Es muy hábil cuando lo reportean y a la vez muy torpe porque termina incriminándose. Utiliza el desconocimiento y la falta de capacidad para re-preguntar de sus entrevistadores en favor suyo. Y lo más indignante es que miente.
Ahora quiere despegarse de la responsabilidad que tiene de que el virus se haya instalado en Trelew y en las localidades vecinas, y entonces opta por lo fácil; echarle la culpa a la Justicia, a la jueza Mirtha del Valle Moreno, tratando de engañar a la ciudadanía haciéndole creer que gracias a él y a los hermanos Gómez, los que manejan la policía del Chubut; no nos hemos enfermado todavía.
Cuando en realidad lo que está haciendo es ponernos en riesgo ante el despiadado “Covid 19”, bajándole órdenes a la policía para que no haga nada ante el incumplimiento del decreto presidencial que nos pide que nos quedemos en casa, que no salgamos para evitar contagiarnos.
La jueza Moreno con aquella resolución que sacó a comienzos de abril, haciendo lugar a un habeas corpus colectivo solicitado por organizaciones de Derechos Humanos, fue evitar que Massoni y los Gómez continuaran cometiendo violentos atropellos contra la ciudadanía y metiendo a cualquiera preso.
Massoni se enojó, se puso caprichoso y empezó a conspirar contra el decreto del Presidente Alberto Fernández.