Dicen que el polémico ministro de Seguridad –al que no le quedaría mucho tiempo en el Gobierno— habría “bajado línea” para que la policía de Trelew, por ejemplo, no difunda los robos y asaltos que hay casi a diario, en distintos sectores de la ciudad.
La medida de Massoni, apoyada por los Gómez; los dueños de la policía del Chubut, apunta a causar en la gente el efecto de una engañosa seguridad al ver que en los medios no aparece publicado ningún hecho delictivo.
Es una vieja estrategia que nunca dio resultados y menos ahora con las redes sociales en su máximo apogeo. Cuando ya hay páginas en donde los damnificados por hechos de robo, publican libremente lo que los ladrones les han sacado para que nadie compre cosas mal habidas.
Hace unos meses, el comisario Miguel Gómez; el jefe de Policía y uno de los socios propietarios de la institución, prometió en cuanto medio le dio prensa que en Trelew se incrementaría la presencia de policías en las calles, pero nada de eso ocurrió.
Por el contrario, uno sale en las madrugadas a andar por la ciudad y lo que brilla por su ausencia justamente son los patrulleros, a los que no se los ve recorriendo las calles porque en su gran mayoría están rotos. Tampoco se observa en los puntos neurálgicos al policía de a pie, haciendo las clásicas y tan reclamadas recorridas.
El centro de Trelew, a metros de la Unidad Regional y de la comisaría Primera parece por las noches una verdadera “zona liberada” y no es casualidad entonces que se hayan registrado robos en las inmediaciones de esas dependencias.
Por caso, hace unos días nomás, un ladrón se llevó una camioneta Ford Ranger que se hallaba estacionada a dos cuadras de la seccional Primera, se cansó de andar en el vehículo por distintos lugares de Trelew y después lo dejó abandonado en las Mil Viviendas. Allí la policía lo encontró pero porque un lugareño avisó, al notar que no era del vecindario.
La policía de Massoni oculta mucha información a la ciudadanía. Es evidente que la idea que tienen en la plana mayor con los Gómez a la cabeza, es no dar a conocer los hechos que a ellos les resulta contraproducentes que trasciendan. Del famoso “mapa del delito” no se habló más, por ejemplo, las veces que se lo mencionó públicamente fue de manera superficial y para conseguir adeptos al raro pensamiento de Massoni, de luchar contra el narcomenudeo y no utilizar todos los recursos que sean posible para meter preso al narcotraficante, al que trafica kilos y kilos de droga: como el amigo del comisario Néstor “El Tero” Gómez Ocampo.
Nadie dijo que en Trelew se están robando cerca de 100 bicicletas por mes o que prácticamente todos los días hay asaltos callejeros en los que a punta de cuchillo, con pistola o de manera violenta se roban los celulares, billeteras u otras pertenencias a víctimas que –por lo general– son menores y mujeres.
Mientras todo esto ocurre en la segunda ciudad más importante de la provincia; Massoni, el ministro de Seguridad, se dedica a hacer videítos en Tick Tock, a sacarse fotos cual adolescente en celo haciéndose “el modelo masculino” y a gastar mucha plata de los fondos públicos para que el diario Chubut y el Jornada se peleen por cuál de los dos le levanta más alto el monumento al egocentrismo.