El sedentarismo, las largas jornadas de trabajo en casa y la interrupción de las consultas médicas son algunos de los factores que impactaron negativamente en la salud de los pacientes con enfermedades veno-linfáticas como la linfedema, una patología crónica que genera hinchazón en diversas partes del cuerpo y cuyo día se conmemora este miércoles.
“La situación actual de aislamiento, debido a la pandemia por Covid-19, alteró el normal desenvolvimiento de los pacientes que padecen la enfermedad. El sedentarismo, las horas de home office, acrecentaron el problema», señaló Mabel Bussati especialista en Flebología y Linfología del Hospital de Clínicas.
Bussati sostuvo que «el aumento de peso que también se genera, agrava notablemente y deteriora al sistema linfático”.
«En estos meses las consultas se vieron francamente disminuidas. Los pacientes no llegan a las instituciones públicas ni privadas, y las demandas de consulta disminuyeron. Esto es un gran problema dado que el diagnóstico y la consulta a tiempo son imprescindibles para evitar la progresión de la enfermedad y la aparición de complicaciones siendo la más frecuente la infecciosa en forma de erisipelas», añadió.
El linfedema es una inflamación producto de la acumulación de líquido rico en proteínas en un área del cuerpo que determina el aumento de su volumen y puede afectar los miembros superiores o inferiores, tronco, abdomen, cara y/o genitales. Este signo aparece como consecuencia de una alteración del sistema linfático.
“Una vez instalado, su curso es lento y progresivo, es una afección crónica, que sin el tratamiento adecuado evoluciona a formas invalidantes y afecta la vida social, psicológica, laboral y familiar de quienes la padecen” explicó la especialista.
Bussati describió que «dentro de las enfermedades veno-linfáticas se encuentra también la enfermedad venosa crónica, que afecta a las venas que son las encargadas de retornar la sangre hacia el corazón; en estos casos, las paredes de las venas se debilitan y las válvulas se dañan; por ello es que las venas permanecen llenas de sangre».
El impacto de estas afecciones no es sólo estético. “Hay una alteración de la auto imagen de los pacientes, que no pueden por ejemplo vestirse de la misma forma, sienten pesadez y falta de movilidad. Esto provoca un cambio en el ritmo de vida familiar y cotidiana, generando estados de depresión y ansiedad. Esto sumado al aislamiento social, produce un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes con linfedema” enfatizó la especialista.
«Existen diferentes tratamientos para el linfedema, con el objetivo de reducir el tamaño del miembro y del tejido afectado: la terapia médica de drenaje linfático manual; las comprensiones, que varían de acuerdo a la fase de la enfermedad; los ejercicios físicos para movilizar las zonas afectadas y, además, el tratamiento farmacológico, medicamentos que actúan a nivel de la microcirculación y son fundamentales para disminuir los síntomas” agregó.
Además, se recomienda evitar el sedentarismo, el sobrepeso, masajear las piernas habitualmente, evitar fuentes de calor, utilizar ropa adecuada y zapatos de taco cómodo.
En el marco del Día Nacional del Linfedema, se realizará un webinar gratuito dirigido a pacientes con enfermedad veno-linfática el 14 de noviembre de 11 a 13. Para registrarse se debe ingresar en https://dolordepiernas.com.ar/.