La Asamblea General de la ONU decidió este jueves celebrar una cumbre excepcional sobre la pandemia de coronavirus los próximos 3 y 4 de diciembre en Nueva York, para reforzar la cooperación internacional y afrontar los estragos de las crisis sanitarias que afectan al planeta.
El encuentro, cuya celebración impulsa desde junio el Movimiento de Países No Alineados, se convoca a nivel de los jefes de Estado y de Gobierno, precisó una resolución adoptada por 150 de los 193 países de la Asamblea General. Ningún miembro votó en contra y tres se abstuvieron: Estados Unidos, Israel y Armenia.
Debido a los 14 días de confinamiento impuestos a los visitantes extranjeros por la ciudad de Nueva York, la asistencia presencial de los jefes de Estado es poco probable. El encuentro se celebrará a priori sobre todo de manera virtual.
Este modelo de cumbre mitad virtual y mitad física ya había sido adoptado en septiembre por la ONU para su Asamblea General, en la que participan los líderes de todo el planeta.
Durante las intervenciones que siguieron a la votación, Estados Unidos manifestó su desacuerdo con que la Organización Mundial de la Salud tenga un papel preponderante durante la cumbre. Rusia, por su parte, lamentó la descalificación de esta institución por parte de Washington.
Alemania criticó la resolución por ser «muy vaga» sobre los objetivos de la cumbre, y Reino Unido pidió un espacio sustancial de participación para la sociedad civil durante la sesión extraordinaria.
Desde el estallido de la pandemia en China en diciembre pasado, los 193 Estados miembro de las Naciones Unidas han adoptado cuatro resoluciones sobre el tema.
Por su parte, el Consejo de Seguridad, bajo la creciente tensión entre China y Estados Unidos, dos de sus cinco miembros permanentes, aprobó una resolución, que pide el cese de los combates en los países en guerra para facilitar la lucha contra la pandemia.