Cordillera

Preocupación por el cierre de la única Terapia Intensiva privada de Esquel

El Sindicato de Salud Pública de la provincia expresó a través de una nota dirigida al director del Área Programática Esquel, Roberto Alonso, su preocupación por el colapso de la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Zonal Esquel y el cierre de la única Terapia Intensiva en una clínica privada, en medio de la pandemia del Covid-19.

Luego la nota remarca que “mientras en Esquel los casos de contagios por Covid-19 proliferan notablemente, a punto tal del colapso de la UTI en el Hospital Zonal, con la ocupación del 100% de las camas disponibles; con el personal del hospital público exhausto trabajando a destajo, con licencias suspendidas, con trabajadores que se contagian, con salarios bajos y adeudados, pero asistiendo a la población sin pausa, denotando un sublime e inconmensurable compromiso profesional y social”.

El escrito del Sindicato de la Salud Pública refiere a que por otro lado, como contraparte, “está el mercantilismo, el comercio, el negocio de la medicina, que mientras la humanidad atraviesa uno de los peores momentos de contingencia sanitaria de la historia, la única Unidad de Terapia Intensiva de los efectores privados de salud cierra el servicio de atención por una decisión empresarial, que ante tamaña crisis sanitaria se podría decir que raya lo criminal, ya que los eventuales pacientes de Esquel y la región quedan desamparados ante cualquier caso de urgencia con requerimiento de atención en ese nivel de complejidad”.

Luego remarcaron que “mientras los administradores de servicios de salud tomen decisiones basadas en su beneficio, en lugar de los servicios que los pueblos necesitan, la salud, e incluso la vida misma de la población estará en serio riesgo”.

Preguntan los trabajadores “¿por qué el Ministerio de Salud no ejerce el poder de rectoría en estos casos? y si seguirá el hospital público solventando las actividades lucrativas de esta clase de empresarios de la salud, brindándoles servicios de esterilización, ambulancias y otros, a precios irrisorios y con recursos que la ciudadanía aporta a través del pago de impuestos, para recibir servicios públicos de calidad”.

“¿A qué precio venden su complicidad, aval o su silencio, omisión, distracción, etc. Los responsables políticos de velar por el bienestar de la población (funcionarios ejecutivos, concejales, diputados, dirigentes oficialistas y opositores, todos)?¿Cuánto vale la salud o la vida de un vecino?”, concluye la nota elevada el director del Área Programática Esquel.

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