Vale SA es una de las mayores productoras de hierro y níquel del mundo, con operaciones en más de 30 países. El año 2019 volvió a marcar su historial de las afectaciones ambientales que ha provocado en Brasil.
La presa que contenía sus desechos tóxicos se fracturo y provocó un derrame de millones de m3 de sus desechos mineros en Brumadinho, un municipio del estado de Minas Gerais en el sudeste de Brasil. Estos lodos tóxicos inundaron pueblos enteros y plantaciones, dejando un saldo de 270 muertos. Fue uno de los peores desastres ambientales del país.
El 25 de enero de 2019 era un viernes de trabajo como cualquier otro en la Mina Córrego do Feijão, donde la empresa minera Vale explota fierro, en el municipio de Brumadinho, en el estado brasileño de Minas Gerais. Aproximadamente a las 12h30, la represa en la cual la empresa almacena los desechos de su proceso minero se rompió. Un mar de lodo empezó a correr a gran velocidad sobre las instalaciones de la minera, un hotel, casas, cultivos, áreas de bosques y el restaurante del personal de la mina, que estaba lleno. La mayoría de la gente se quedó soterrada.
Las alarmas de seguridad no sonaron, hubo poco tiempo para que la gente huyera. Alrededor de 13 millones de metros cúbicos de desechos escurrieron de la represa, matando a 270 personas y contaminando el trayecto de la cuenca del Río Paraopeba, que irriga por lo menos 48 municipios a lo largo de 300 kilómetros, esta agua era utilizada para abastecimiento humano y para uso agropecuario.
Fue uno de los mayores desastres ambientales en este país. Algunos días después del desastre, los órganos de salud estatales lanzaron una alerta para que la población no utilizara el agua en ninguna situación. «El rompimiento de la presa de Brumadinho ofrece riesgos inmediatos y futuros a la salud de quien tenga contacto con los desechos provenientes de la presa», sostuvo la Secretaría de Salud del Estado de Minas Gerais.
Desastre en Mariana
Tres años antes del desastre en Brumadinho, la minera Vale había protagonizado otro desastre en el mismo Estado brasileño, Minas Gerais. Otra presa de desechos mineros explotó. En aquella ocasión había sido en la ciudad de Mariana. Las comunidades de Bento Rodrigues y Paracatu de Baixo quedaron bajo el lodo minero, 19 personas murieron. Hoy, a 5 años del derrame este escenario esta lleno de pueblos fantasmas. En el desastre fueron liberados 40 millones de metros cúbicos de desechos tóxicos que recurrieron 600 kilómetros del Río Doce hasta llegar en las aguas del océano Atlántico. Es considerado el peor en la historia de Brasil. Las fotos que siguen fueron tomadas por un equipo de Avispa Midia en Mariana, hechas un mes después del desastre.
A dos años del desastre en Brumadinho, el Movimiento de Afectado por Represas (MAB) denuncia en su informe Dos años del crimen de la Vale en Brumadinho que «no hubo reparación de los derechos a la población afectada (…), hasta el momento diversas acciones de emergencia no fueron cumplidas, y los afectados sufren sin acceso al agua y con el control de la multinacional Vale sobre los territorios».
El agua continúa siendo el tema de emergencia en las comunidades afectadas. La población que vive en las orillas del río y que utilizan pozos sufren con el miedo de consumir el agua. «La Vale fue obligada judicialmente a distribuir agua potable a esta población, pero el abastecimiento no es regular», denuncia el MAB.
De acuerdo con el informe independiente de la Asociación Estatal de Defesa Ambiental y Social (Aedas), a dos años del derrame tan solo el 40% de las familias que fueron afectadas tienen el abastecimiento de agua con regularidad.
Según el MAB, no existen informaciones concretas sobre el nivel de contaminación de las aguas de la región, lo que dificulta las actividades económicas y de subsistencias de esta población. «Dificulta principalmente la vida de los pescadores que están imposibilitados de pescar y al no tener plena confianza en el agua y los pescados», sostiene en MAB en su comunicado.
El documento de Aedas señala que 62,51% de los afectados no ejercen ningún tipo de actividad remunerada en los municipios de Betim, Juatuba, Mário Campos y São Joaquim de Bicas, siendo uno de los medios de sobrevivencia de esta población el programa asistencial del Estado, el Bolsa-Familia.
La narrativa de la minera Vale ha sido construida en el sentido de sostener públicamente que el río ya está recuperado. Sin embargo, estudios independientes señalan que la contaminación todavía está presente. «La Fundação SOS Mata Atlântica divulgó un informe sobre la contaminación del Río Paraopeba que señala niveles de cobre 600 veces superiores a los niveles permitidos por las normas brasileñas. Inviable para el abastecimiento humano, para el riego, pesca», sostiene el MAB.
La incertidumbre sobre la real situación de contaminación del agua y del medioambiente en general es generada porque «las empresas contratadas por el Estado para realizar los estudios son prestadoras de servicios de la Vale, lo que trae falta de confianza sobre cualquier resultado», señala el informe del MAB.
El acuerdo
En el 22 de octubre de 2020 la minera Vale, el Gobierno del Estado de Minas Gerais e instituciones judiciales del país realizaron en acuerdo sobre las indemnizaciones y las futuras acciones a ser tomadas por la empresa en lo que respecta a la reparación de los daños ambientales y sociales. Una de las críticas del MAB al acuerdo es que fue hecho bajo sigilo, sin la participación de la principal parte interesada, los afectados.
Otra crítica es en relación a los valores de las indemnizaciones. En un acuerdo inicial, sostiene el MAB, el valor general era de alrededor de 10 billones de dólares, siendo un poco más de la mitad para reparar los daños económicos del Estado y lo demás para reparar daños morales y sociales colectivos de las comunidades. Para hacer una comparación con los lucros de la minera Vale, la compañía registró solamente en el tercer trimestre de 2020, una producción de casi 3 billones de dólares.
En el acuerdo final, según este Movimiento, el valor total de las indemnizaciones se redujo a menos de la mitad, no llega a 5 billones de dólares. Además, los afectados denuncian que parte de estos recursos van para obras del metro y de construcción de carreteras en el Estado, temas totalmente desconectados con el desastre. «Las discusiones sobre reparación de los daños no atienden a las cuestiones de urgencia, como suministro de agua e indemnizaciones, que garanticen las condiciones de vida hasta la reparación integral», sostuvo el MAB.
Este movimiento de los afectados denuncia todavía que la justicia brasileña no se ha mostrado como un instrumento efectivo de reparación de los daños. Además, la minera Vale posee un «enorme aparato jurídico por medio de los inúmeros bufetes de abogados, lo que le confiere una fuerte capacidad de incisión en las decisiones tomadas por las instancias jurídicas brasileñas», sostiene el MAB.
Dueños de la Vale
La minera es controlada principalmente por el capital financiero, con una importante participación de bancos de distintas partes del mundo, como el banco inglés HSBC, el español Santander, los estadunidense JPMorgan y State Street Corp, el alemán Deutsche Bank, el canadiense Royal Bank of Canadá.