Joaquín es un nene de 5 años que padece leucemia linfoblástica, el cáncer más común en chicos. Para poder superarlo, el chiquito necesita un trasplante de médula que requiere de mucho más dinero del que la familia puede pagar.
«Yo quiero a mi hijo sano, independientemente de cuánta plata tenga que pagar por él. La vida de él es más importante que nada», expresa su mamá, Solange Tabilo, en medio de la lucha contrarreloj para salvar la vida de su hijo.
La familia, oriunda de Coquimbo, Chile, ya viene afrontando altos costos para el tratamiento de su hijo. Por eso, ahora decidieron rifar su casa. «Sea lo que sea, pero yo quiero a mi hijo sano», insiste Solange, que está embarazada de su segundo hijo.
«Tuvimos que mudarnos a Santiago para continuar con sus tratamientos y eso acumula muchos gastos. Hay que pagar los viajes, la movilización, la comida, los medicamentos, los alquileres…», explica la mujer. «Además, a Joaquín le salen cositas en la boca por la quimioterapia y tenemos que comprarle cosas para que vaya cicatrizando todo eso que sufre», agrega.
Según publica Clarín, para poder hacer frente a los gastos, los padres del nene pusieron a la venta su casa de tres dormitorios y un baño ubicada en el sector Santa Cristina de Ovalle. Sin embargo, por la crisis nunca apareció un comprador, en medio de la urgencia por realizar la operación de Joaquín.
Ante la desesperación, se les ocurrió otra alternativa: una rifa solidaria, que los ayudara a recaudar los fondos necesarios para que su propiedad no pierda valor. «Se iba a correr el 30 de enero pero hicimos los números y no llegábamos ni al 50 por ciento de su valor. Así que se decidió postergarla al 20 de febrero», relató Diego, el tío de Joaquín, a TVN.
Los padres de Joaquín recibieron el apoyo de los vecinos de la zona, que se sumaron a la campaña y están vendiendo las rifas. «Es terrible porque es un pequeño y nadie desea pasar por eso», contó una de las mujeres del barrio que los ayuda.
«Acá hay un Estado que no es garante de nada. Y nosotros hacemos mucho para ayudar a recaudar fondos a las familias de niños con cáncer, pero no alcanza para nada. Son tantas campañas las que hacemos que el sistema se satura y ya no podemos conseguir dinero para todos. Entonces los papás tienen que recurrir a estas cosas», expresó Tatiana Sepúlveda, representante de la Asociación Padres Oncológicos de Coquimbo.
De momento, la familia chilena depende de la solidaridad de la comunidad para mantener viva la esperanza de poder salvar la vida de Joaquín, en medio de su lucha contra el cáncer.
Fuente: ADNSur