Con seis policías imputados, la mayoría de “encubrimiento”, llega a la Justicia el caso del albañil que el año pasado en el barrio INTA de Trelew fue baleado en la cara por un efectivo de la Guardia de Infantería, en un confuso operativo liderado por el polémico ministro de Seguridad Federico Massoni. Lo sorprendente de este proceso es que en la defensa de los implicados va a estar el abogado Rodrigo Miquelarena, quien sería sobrino del procurador General de la provincia Jorge Miquelarena, el jefe del fiscal que los tendrá que acusar y llevarlos a juicio.
Con este contexto, ¿es creíble lo que se va a hacer? ¿No debería haber un planteo ante la sospecha de parcialidad del representante del Ministerio Publico Fiscal? Esto pasa acá en Chubut nomás.
Para colmo, el otro letrado que defenderá a los policías, es Sebastián Castro, el abogado de Massoni, que a su vez es funcionario en el Ministerio que dirige Massoni, y que ya ha sido denunciado penalmente por estas incursiones que podrían terminar siendo delictivas al ser incompatibles con la función pública que desempeña.
Castro y Miquelarena defienden a los policías José Roberts, Carlos Javier Villagra, Ivana Soledad Davies, Sonia Adriana Figueroa, Fabio Damián Herrera y Pedro Flores y se podría sospechar que ya tienen el éxito asegurado ante un Gabriel Fredes que quiere que en su caso haya justicia.
Fredes la noche del 14 de junio del 2020 salió de su casa a cerrar el portón para evitar que su perro se escapara a la calle y terminó herido en el rostro con una bala de goma que le dispararon desde un minibús de la policía del Chubut que luego se fue del lugar sin que ninguno de sus tripulantes descendiera del mismo para constatar si Fredes necesitaba asistencia médica.
El hecho ocurrió en un confuso operativo del que participó también el ministro Massoni, el jefe de Policía Miguel Gómez y su hermano Paulino Gómez, que es director de Seguridad. Justamente Fredes recuerda haberlo visto a Massoni en una camioneta que se detuvo detrás del minibús desde el que le dispararon y que también se alejó del lugar cuando a él lo hirieron.
Vale recordar que el controversial funcionario en aquellos días negó haber visto algo de lo sucedido, en las entrevistas que algunos medios de prensa le hicieron poniendo en evidencia notorias contradicciones entre lo que él afirmaba y lo que decían los Gómez para –de alguna manera—intentar justificar la razón de ese disparo que casi le vuela un ojo al albañil Fredes.
Hoy, los policías que son llevados ante la Justicia están imputados en su gran mayoría de no haber denunciado el hecho, de encubrir al que efectuó el disparo porque –aparentemente—todos negarían tener conocimiento de lo ocurrido pese a haber estado en el lugar participando del violento procedimiento.
Fredes y su familia no solo la pasaron mal aquella noche en que lo hirieron sino también los días subsiguientes en los que fueron víctimas de un verdadero hostigamiento por parte los policías comandados por Miguel Gómez y su hermano Paulino. Hasta le hicieron un allanamiento “trucho” en su casa buscando un arma inexistente y a un supuesto prófugo de la Justicia que no vivía ahí.
En esa ocasión a Fredes y los suyos los tiraron al piso, los maltrataron y les rompieron la vivienda, en un hecho digno de desquiciados que él posteriormente denunció en la fiscalía. Por ese caso hasta la actualidad no hay ningún responsable y nadie se ha hecho cargo ni siquiera de los daños que le hicieron en su domicilio.
La audiencia de apertura de investigación contra los policías se haría este viernes a partir de las once de la mañana en la Oficina Judicial de Trelew en un proceso en el que el polémico Massoni podría tener que declarar como testigo. Como también los Gómez, el jefe de Policía y su hermano.