Las unidades de terapia intensiva reciben cada vez a más personas menores de 50 años con COVID-19. Los profesionales del sector temen un colapso ya que, además, los pacientes jóvenes tienen una internación más larga, de entre 15 y 20 días.
La segunda ola de coronavirus en la Argentina afecta sobre todo a las personas más jóvenes. La franja etaria que va desde los 25 a los 49 años es la que más elevó la curva de contagios, pero también es la que más hizo crecer la ocupación de camas de terapia intensiva.
Los pacientes críticos menores de 50 años pasan cuatro días más de internación que los adultos mayores, lo que hace que se vuelva más lenta la rotación, generando una amenaza para el sistema de salud, adicional al aumento de casos.
“Los pacientes jóvenes tienen una internación más larga, de entre 15 y 20 días. Y dificultan el movimiento de las camas. Resisten más y se quedan más tiempo, desde luego. Y la posibilidad de ingresar nuevos pacientes se acorta”, detalla la presidenta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, observa Rosa Reina, en diálogo con TN.
El médico clínico y miembro del comité de expertos que asesora a Alberto Fernández, Luis Cámera, agrega que “al haber una mayor cantidad de jóvenes infectados, inevitablemente termina impactando en las internaciones. La segunda ola avanza mucho más rápido y los más jóvenes van invadiendo el terreno”.
Para el infectólogo Eduardo López, quien también asesora al Gobierno nacional, «el 50% de los casos actuales son personas menores a 50 años, por lo que el impacto en la mortalidad debería ser menor. Pero el promedio que un individuo pasa en terapia intensiva sigue igual: no baja de los 14 días”.