Además de las carnes rojas y las vísceras como el hígado, existen otras alternativas para elevar el consumo de este mineral, esencial para nuestro organismo.
Cuando hablamos del hierro y la alimentación, automáticamente pensamos en las carnes rojas. Sin embargo, cada vez son más las personas que deciden reducir su consumo llegando incluso a dejarlas por completo. Entonces, qué hacemos para seguir incorporando este mineral?
Lo más importante es consultar con un médico y/o nutricionista para que evalúe la dieta más adecuada para cada persona. La falta de hierro puede derivar en un cuadro de anemia y tener consecuencias graves para nuestra salud. El hierro es fundamental para el crecimiento y desarrollo del cuerpo. Es necesario para la fabricación de los glóbulos rojos que transportan el oxígeno a las distintas partes del cuerpo y también participa en la elaborar hormonas y tejido conectivo, entre otras cosas.
Pero en líneas generales, hay alimentos que aportan una buena cantidad de hierro a nuestro organismo y quizás, no todos los tienen en claro.
Las almejas, berberechos y moluscos (aproximadamente 24 mg de hierro cada 100 gr)
– Huevo. El hierro se concentra la mayor parte del hierro en la yema
– Legumbres como habas (las más ricas en hierro); lentejas y garbanzos.
– Espinacas (4 mg de hierro por cada 100 gr) y acelga.
– Frutos secos como el pistacho (el que mayor cantidad de hierro aporta), las almendras, las avellanas y las nueces.