Las compañías navieras brasileñas comparten la preocupación de sus pares argentinos respecto de la no renovación del acuerdo de transporte bilateral por parte de Brasil, revocando de tal manera la reserva de cargas que ambas banderas comparten.
De hecho, el impacto podría ser incluso mayor para los armadores brasileños.
Sucede que los empresarios navieros de Brasil consideran a la Argentina “una extensión del cabotaje” al hacer uso del acuerdo bilateral, según confirmó en diálogo con Trade News Mark Juzwiak, el presidente del Comité Río de Janeiro (CRJ), el homólogo del Servicio de Transporte Marítimo Argentina Brasil (Semarbra) del lado brasileño, al que están asociadas líneas bien conocidas en la Argentina como Aliança y Log-In, entre otras.
“El acuerdo bilateral (con la Argentina) significa mucho para las navieras que operan en cabotaje. La Argentina es una extensión de este servicio y representa entre el 15 y 20 por ciento de la facturación de estas compañías. Para Aliança, por ejemplo, la pérdida de este negocio implica alrededor de 100 millones de dólares por año en fletes”, señaló Juzwiak, ejecutivo de la naviera a cargo de Relaciones Institucionales.
La Argentina es fundamental para las empresas brasileñas que hacen cabotaje: son fletes que cobran en dólares, necesarios para el mantenimiento de flotas y el pago de combustible.
Retirarse del tráfico
Si el acuerdo se da de baja definitivamente, los armadores brasileños “se van a retirar del tráfico porque no será viable competir con buques extranjeros, no porque seamos ineficientes, sino sencillamente porque las condiciones de los países (de registro de los buques extranjeros) en materia impositiva son muy beneficiosas (no pagan impuesto a las ganancias), y los costos de las tripulaciones (extranjeras) tornan inviable la competencia”, agregó, tras aclarar que “las tripulaciones brasileñas son un 30% más caras que las extranjeras”
Juzwiak indicó que “la explicación que nos dieron (en el Gobierno) es que como Brasil tiene intención de ingresar a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), no puede tener condiciones especiales con países de la OCDE, a la que la Argentina también quiere ingresar, sin que sean extendidos a otros miembros”, explicó.
“También hay mucha presión del Ministerio de Economía, que lleva adelante una política de liberalización y de abrir los tráficos. Nosotros defendemos este argumento, y lo mismo hace nuestra contraparte argentina, pero pedimos las mismas condiciones de competencia que tienen los extranjeros”, agregó Juzwiak.
Política de Bolsonaro
Esta política de apertura, según explicó el directivo brasileño, está liderada por Camex, la Cámara de Comercio Exterior del Ministerio de Economía brasileño, cuyo presidente es Jair Bolsonaro. “No obstante, el Ministerio de Infraestructura nos apoya abiertamente y es favorable a la estabilidad que otorga un acuerdo bilateral, porque los armadores que participan del acuerdo tienen el foco puesto en la carga bilateral, mientras que los extranjeros tienen sus preocupaciones puestas en los tráficos de Oriente, Europea o Estados Unidos, antes que en un tráfico puntual regional”, advirtió Juzwiak.
Las gestiones del Comité de Río de Janeiro, como sus pares de Semarbra, se dirigieron al Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño, donde fueron informados que “no es urgente la necesidad de terminar el acuerdo porque el ingreso a la OCDE insume entre 4 y 5 años para concretarse, con lo que podríamos usar ese tiempo para negociar con los gobiernos condiciones más competitivas entre la Argentina y Brasil”, agregó.
“Estamos por reunirnos con la Confederación Nacional de Industria (CNI) para que la industria entienda este impacto y comprenda por qué tiene que estar de nuestro lado: ellos también sufren la competencia internacional en condiciones de desventaja competitiva. El último paso sería ir a Camex para lograr más tiempo, algunos años más”, sostuvo el directivo brasileño.
Fuente: Tradenews