Dos explosiones se han producido este jueves en el exterior del aeropuerto de Kabul, provocando al menos 13 muertos -incluido menores de edad- y una treitena de heridos, según la agencia de noticias Reuters. Hasta el momento se desconoce la nacionalidad de las víctimas y el saldo total. Sin embargo, el portavoz del Pentágono, John Kirby, ha confirmado que ciudadanos estadounidenses se encuentran entre las víctimas de la segunda explosión, ocurrida en las inmediaciones del Hotel Baron, ubicado cerca de la puerta del aeropuerto llamada Abby (Abadía). Varias fuentes indican que se trató de un «atacante suicida».
Por su parte, fuentes del ministerio de Defensa de España han informado que sus soldados desplegados en el aeropuerto se encuentran a salvo.
«Por razones de seguridad, el embajador francés no permanecerá en Afganistán», ha anunciado el presidente francés Emmanuel Macron en un discurso desde Dublín.
Varios países occidentales ya habían avisado de que temían un posible ataque al aeropuerto de la capital, donde se están llevando a cabo las evacuaciones de forma acelerada, pese a que la fecha límite acordada para la salida de tropas y civiles era el 31 de agosto.
Kirby, fue uno de los primeros en confirmar la detonación.
Reuters informó que, según declaraciones iniciales de un funcionario de Estados Unidos, «hay personal estadounidense» entre los heridos y que la explosión fue causada por un «atacante suicida».
Gobiernos occidentales instaron a la población a evitar el aeropuerto a primera hora del día por la amenaza inminente de un atentado terrorista. El ministro británico de las Fuerzas Armadas, James Heappey, dijo a los medios nacionales que había «informes muy, muy creíbles de un ataque inminente» en el aeropuerto, posiblemente en «horas». El primer ministro belga, Alexander De Croo, señaló que su país había recibido información de Estados Unidos y otros países sobre la «amenaza de ataques suicidas contra la masa de gente».
Países como España y Francia han puesto fin a sus evacuaciones -han decretado este viernes como el último día- y han comenzado a retirar a sus soldados y diplomáticos, lo que indica el principio del fin de uno de los mayores transportes aéreos de la historia.
Los talibanes se han comprometido a no atacar a las fuerzas occidentales durante la evacuación, pero insisten en que las tropas extranjeras deben estar fuera antes de la fecha límite impuesta por Estados Unidos, el 31 de agosto.