Un tsunami afectó las costas de la provincia peruana de Callao, al lado de la ciudad de Lima, y provocó un derrame de petróleo en el mar y el cierre de playas, debido a las fuertes olas producidas por una erupción volcánica en la isla Tonga, ubicada en el océano Pacífico, se informó hoy.
Este sábado, un intenso oleaje ocurrido luego de la erupción volcánica provocó un derrame durante el proceso de descarga del buque tanque Mare Doricum, de bandera italiana.
Según informó la refinería La Pampilla, de la española Repsol, las olas produjeron un «derrame limitado» de petróleo en el mar del distrito de Ventanilla de Callao, debido a la violencia del oleaje del sábado en las costas limeñas.
El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), aseguró este lunes que el derrame ya fue «controlado» y el Ministerio del Ambiente peruano inició la supervisión del daño ecológico en las playas.
Asimismo, la refinería indicó que en el momento de la fuga activaron sus protocolos de seguridad y sus brigadas lograron controlar «el incidente» el mismo día, informó la agencia ANSA.
Si bien aún no se especificó la cantidad de crudo derramado, la empresa señaló que continúan las labores de control y limpieza de crudo en coordinación con las autoridades locales.
Por su parte, la Marina de Guerra del Perú (MGP) constató el domingo que personal del buque y la Terminal Portuaria Multiboyas colocaron barreras de contención de aproximadamente 500 metros de longitud, además de disponer de tres embarcaciones que se encontraban realizando la limpieza y recolección del hidrocarburo en el área afectada.
Además, las autoridades locales cerraron tres playas en la tarde del domingo y evacuaron a los bañistas.
«Terrible derrame de petróleo en el mar de Ventanilla que atenta contra nuestro ecosistema», dijo a la prensa el alcalde de Ventanilla de Callao, Pedro Spadaro.
La erupción volcánica submarina en el océano Pacífico ocurrida el sábado desató el pánico en las islas del reino polinésico de Tonga, con un tsunami que provocó olas de 1,20 metros en la capital Nuku’alofa, que afectó a Japón y generó alertas en diversas naciones recostadas sobre ese océano, como Australia, Nueva Zelanda, en la costa oeste de Estados Unidos, en Chile y Ecuador, entre otros.