El gobierno de Vladimir Putin concretó el anticipado despliegue militar alrededor de Ucrania y podría invadir el país en las próximas horas, según lo confirmó el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken: “Podría ser en muy poco tiempo”, aseguró.
Desde el ministerio de Defensa de Ucrania estiman unos 127.000 soldados rusos ubicados en sus fronteras, con baterías de misiles de corto y mediano alcance, al menos dos grandes hospitales de campaña, submarinos y barcos en el Mar Negro y miles de tanques estacionados al lado de las rutas de acceso.
Por su parte, y en una visita a Kiev para mostrar su apoyo a Ucrania, Blinken sostuvo que los ucranianos deberían prepararse para «días difíciles» y anticipó que Estados Unidos continuaría proporcionando ayuda en materia de defensa a las fuerzas armadas ucranianas. A su vez, renovó la promesa de imponer sanciones a Rusia en caso de una nueva invasión, aunque Washington no estaría dispuesto a enviar tropas para enfrentar a los invasores, y tampoco lo harían el resto de los ejércitos de los países que integran la OTAN.
Un portavoz del Kremlin reconoció que la tensión en torno a Ucrania se incrementó en el último tiempo y que Rusia seguía esperando una respuesta por escrito de los Estados Unidos a sus exigencias de garantías de seguridad por parte de Occidente. El presidente Vladimir Putin apunta a un acuerdo a largo plazo para que Ucrania no se una a la Unión Europea ni a la OTAN, ya que si ello ocurriera, la seguridad rusa se vería comprometida. De hecho, cuando el gobierno ucraniano quiso acercarse a la UE en 2014, Putin respondió invadiendo y anexando de manera forzada la península de Crimea, desatando una guerra secesionista en la región de Donbás.