El fracasado ex – ministro de seguridad Federico Massoni, como siempre nos tuvo acostumbrados, haciendo alarde de su desconocimiento total del derecho a pesar de que es abogado (supuestamente) en el 2018 realizó una demanda judicial infundada contra NEC; como habían 0 pruebas en ese escrito, hoy el estado se enfrenta a la posibilidad de perder la pulseada y pagar una millonaria suma.
La razón del litigio, según Massoni y compañía, aparentemente fue porque la empresa “NEC Argentina” no cumplió con su parte del contrato celebrado con el gobierno del Chubut, donde se comprometía a entregarle equipamiento al estado relativo a la videovigilancia.
En pocas palabras: NEC dice que entregaron cámaras y el gobierno de Chubut dice “acá no entregaron nada”. ¿A quiénes les creemos?
Nuestras fuentes de Fontana 50 nos contaron otra historia: aparentemente cierto sector afín al –massonismo-, habría “hecho desaparecer” esas cámaras con un oscuro objetivo, venderlas en el mercado negro. Pero por supuesto, son rumores.
Posteriormente, para justificar ese faltante, la estrategia no habría sido algo más complicado que echarle la culpa a la empresa de no haber cumplido su parte del contrato; y al parecer, a afectos de simular inocencia habrían formulado la denuncia, y hoy día nos encontramos con que la misma fue archivada, ahora NEC por el disgusto pide $ 30 millones.
No debemos olvidar quiénes eran los que se encontraban con acceso a las cámaras de seguridad: por un lado el ciber-delincuente Federico Pérez Mariani y por el otro su tocayo y jefe, Federico Massoni.
De izq. a der.: 1) Federico Pérez Mariani, ciberdelincuente y subsecretario de seguridad informática de Massoni; 2) Federico Massoni, ex – ministro de seguridad.
Estos dos, se la pasaron haciéndoles creer al sector de la ciudadanía chubutense con ostensible virginidad y adicta a los videojuegos de acción, que Chubut se había convertido en una especie de Washington DC criollo, hiper-vigilado con super-policías aguerridos contra el delito; tal fue la manipulación mediante redes sociales que hasta consiguió votos en su candidatura para senador (que por supuesto no les sirvieron).
Las cámaras de seguridad fueron parte de ese chamuyo, hicieron publicidad hasta el hartazgo de las mismas, pero por supuesto, el delito seguía existiendo y la policía siempre llegaba tarde por alguna razón.
Mientras tanto, Massoni para tapar la incompetencia de su equipo por erradicar el delito mediante la utilización de las cámaras de seguridad, buscaba entretener a las masas mostrando sus músculos y allanando casas con el GEOP para buscar delincuentes de poca monta.
Crearon la Dirección General de Prevención del Delito, una oficina de inteligencia que funcionaba en la órbita de Pérez Mariani, que más que para controlar el delito parecía estar destinada a controlar los movimientos de los manifestantes opositores al régimen arcionista. Esas oficinas se encontraban en la base “Belgrano” (ubicada enfrente de la casa de gobierno, calle Belgrano al 776).
Dentro de la Dirección General de Prevención del Delito existía una dirección encargada justamente del funcionamiento de las cámaras (compradas a NEC) y de la supervisión de los centros de monitoreo de la provincia, esa oficina se llamaba Dirección de Centros de Monitoreo y Detención, allí existía un deposito donde habían tanto cámaras de seguridad nuevas, todavía en su caja original, como también cámaras en reparación.
Seguramente se acuerdan del famoso y extraño incidente que hubo en la base Belgrano en vísperas de año nuevo del 2020, donde un grupo de personas misteriosas barretearon la puerta de ingreso de la dependencia e ingresaron con motivaciones desconocidas.
La policía fue alertada por un empleado que se dio cuenta de lo que había sucedido, pero ni bien tomaron conocimiento del hecho, los agentes desistieron de investigar por una presunta bajada de línea de Casa de Gobierno, por lo que la dilucidación del caso habría quedado en manos del Ministerio de Seguridad. Raro ¿no?
A partir de allí, fue silencio total, lo único que se supo es que le ocasionaron daños a la puerta para entrar al edificio, pero no salió nadie del gabinete de Arcioni, ni de la plana mayor de la policía a informar públicamente sobre qué fue lo que realmente sucedió: si robaron o no, si se sabe quiénes fueron los autores del hecho o no… absolutamente nada, realmente hicieron como si nada hubiera pasado; ¿habrá sido la primera vez que pasó esto? saquen sus conclusiones.
Con respecto al juicio entre Gobierno y NEC, está interviniendo el tribunal de cuentas y fiscalía del estado ya en el caso; con respecto a Massoni y Mariani, bueno, ahora están viendo a ver como se acomodan en la política radical para volver acaparar el poder público.
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