El 31 de diciembre del 2020 se dio a conocer por este medio el dato de que habrían ingresado al “Edificio Belgrano”, donde funcionan las principales oficinas de inteligencia de Massoni mediante el forzado a la puerta de acceso.
Recientemente nuestro equipo recurrió a fuentes de información altamente calificadas, lo que nos permitió averiguar un poco más sobre: ¿Qué oficinas funcionan allí? ¿Qué información se maneja? Y ¿Qué pudo haber sucedido realmente?
El edificio ubicado en Belgrano 776, justo en frente de Casa de Gobierno, fue objeto la semana pasada de un violento ingreso por parte de desconocidos.
Habrían utilizado una barreta o algún elemento contundente para “revirar” el marco de la puerta de acceso y así ingresar.
La policía fue alertada por un empleado que se dio cuenta de lo que había sucedido, pero ni bien tomaron conocimiento del hecho, los agentes desistieron de investigar por una presunta bajada de línea de Casa de Gobierno, por lo que la dilucidación del caso habría quedado en manos del Ministerio de Seguridad. Raro ¿no?.
A partir de allí, silencio total, lo único que se sabe es que le ocasionaron daños a la puerta para entrar al edificio, pero no salió nadie del gabinete de Arcioni ni de la plana mayor de la policía a informar públicamente sobre qué fue lo que realmente sucedió: si robaron o no, si se sabe quiénes fueron los autores del hecho o no… absolutamente nada, realmente hicieron como si nada hubiera pasado.
¿Qué funciona en el edificio?
Con dos banderas Argentinas adornando la fachada del inmueble y una puerta de acceso con un viejo letrero que reza “Ministerio de Coordinación de Gobierno”; la “base Belgrano”, como la llaman coloquialmente en el “staff” del ministro Federico Massoni, es un edificio que alberga en la planta alta, las principales oficinas de producción y planificación de inteligencia del Ministerio de Seguridad.
En la planta baja del edificio, expuestas a la vista del público se encuentran una inmobiliaria, una peluquería y tiendas de ropa, por lo que las oficinas de Massoni pueden fácilmente pasar desapercibidas para los transeúntes.
En el interior de ésta base, funcionaba la “Subsecretaría de Seguridad Informática e Inteligencia Criminal” (SSIEIC) cuyo titular sigue siendo el supuesto presidiario Federico Pérez Mariani, quién fue denunciado penalmente por espionaje ilegal en la primera etapa de la pandemia junto a Massoni.
Más tarde, la oficina central de la SSIEIC fue trasladada a una “zona oscura” dentro de Casa de Gobierno y el espacio que ocupaba fue cedido al Ministerio de Familia.
Actualmente en la base Belgrano continúa funcionando la Dirección General de Prevención del Delito (DGPD) de la cual se encuentra a cargo, desde el 2 de junio del 2020, nada más y nada menos que Martín Sebastián Castro, el cuestionado abogado de Massoni, ¿Se acuerdan de él?.
El ministro de seguridad colocó al frente de la dirección a éste personaje que se viene haciendo millonario a costilla del estado gozando de tres sueldos diferentes: dos de ellos públicos y el tercero como abogado de Massoni, lo que implicaría una clara incompatibilidad con la función pública, debido a que un funcionario no puede ejercer su cargo en el estado y simultáneamente desempeñarse como abogado privado de sus superiores.
La Dirección General de Prevención del Delito se encarga de la planificación de medidas específicas para justamente combatir la actividad delictual y para esto se valen de la operatividad de las cámaras de seguridad dirigiendo todos los centros de monitoreo de la provincia, aunque últimamente se dice que eso es lo que menos hacen y que se habrían abocado presuntamente a aportar la logística necesaria para “espiar” a activistas anti-mineros y grupos sociales en contra del gobierno de turno.
En consecuencia habría en dicha dependencia “material sensible de inteligencia” vinculada a la megaminería, supuesta información que todo funcionario saliente le interesaría hacer desaparecer… ya sea para borrar evidencias o bien para guardarla con el fin de darle un “mejor uso”.
La caja fuerte de la Dirección General de Administración
La oficina contigua a la Dirección General de Prevención del Delito es la Dirección General de Administración del Ministerio de Seguridad, de la cual se encuentra a cargo un tal Bruno Díaz, bastante cuestionado desde el sector contable de otro ministerio, el de Oscar Antonena, vaya uno a saber por qué…
¿Por qué es tan interesante hablar de ésta oficina? Bueno pues, porque allí se gestionan monetariamente TODOS los movimientos del Ministerio de Seguridad, es decir, los viáticos, la contabilidad de los vales de combustibles para la realización de comisiones en la provincia, compra de elementos para las oficinas administrativas, confección de presupuestos, etc; en otras palabras, todas las operaciones del Ministerio de Massoni en números, por lo que probablemente sea una de las dependencias mas importantes.
Pero algo que cobra un particular interés es la existencia en esa oficina de una caja fuerte de aproximadamente 1, 30 metros aproximadamente de altura, por la cual personal de la “base Belgrano” a finales del año 2019 invirtió un esfuerzo denodado para subirla por esa escalera tan característica del edificio, ubicada en el acceso del mismo, que lleva directamente al hall principal donde se encuentran las oficinas.
¿Que contiene esa caja fuerte? Nuestras fuentes afirman que contendría nada menos que los fondos reservados del Ministerio de Seguridad, y que se encontrarían allí para que únicamente sea supervisada la utilización de ese dinero por un grupo extremadamente reducido de personas de confianza de Massoni, a los efectos de poder gastarla con impunidad para fines pocos felices, como por ejemplo el presunto pago de coimas a determinadas personas.
El ingreso violento al “edificio Belgrano” de esos “hombres desconocidos”… ¿habría estado motivado con el fin de llegar hasta ésta caja fuerte? ¿Estaríamos hablando de un robo entonces? O ¿De un “auto-robo”? Dificil es saberlo…
Dirección de Asuntos Internos
A un muro de distancia de la mencionada dirección se encuentra una oficina policial importantísima: la Dirección de Asuntos Internos, dependiente de Jefatura de Policía.
A esta dependencia van a parar las sanciones disciplinarias que manchan la carrera de los agentes, documentación sobre investigaciones dentro de la institución, legajos, expedientes, etc.
Básicamente estamos hablando de la Policía de la Policía conformada absurdamente… por policías, en pocas palabras: se investigan entre ellos.
Teniendo en cuenta que allí se reúne el historial de cada agente de policía de la provincia… ¿estaríamos en condiciones para aseverar que el objetivo de los intrusos era hacerse de esa documentación? Y en caso de que así lo fuera ¿Cuál sería el fin de obtenerla? Parece ser información que todo ministro saliente le gustaría tener en su poder antes de abandonar su cargo para fines particularmente interesantes…
Es sabido que quién tiene información tiene poder… sobre todo si esa información perjudica a un grupo de personas que representan una amenaza para quién posee la documentación.
El “Laboratorio” de la Dirección de Centros de Monitoreo
Al fondo del pasillo se encuentra la última oficina en el “edificio Belgrano” perteneciente al Ministerio de Seguridad, la cual consiste en la Dirección de Centros de Monitoreo de la provincia.
El despacho es un verdadero aguantadero que consiste en una especie de taller rebalsado por cámaras de seguridad apilonadas, algunas tiradas en el piso, otras desarmadas, cables, herramientas, gabinetes de computadora desmantelados, etc.
Es la base de operaciones del personal técnico de la SSIEIC, en donde se llevan a cabo tareas de reparación de los dispositivos de video-vigilancia.
En la oficina se encuentran tanto cámaras en reparación como otras nuevas y de última generación a punto de instalarse en las calles.
En conclusión…
Tenemos la seguridad para aseverar que nadie entra a ese edificio de esa manera sin saber lo que hay adentro, por lo que sostener la hipótesis de un “robo al voleo” es insultar la inteligencia de los chubutenses.
En segunda instancia, llama poderosamente la atención el hermetismo del estado con respecto al hecho llegando a la negación del mismo y el constante intento de ocultar lo que realmente ocurrió.
Finalmente, debemos aclarar una cosa: la cantidad de cámaras de vigilancia en esa cuadra es abismal… de hecho una de ellas apunta directamente a la puerta de ingreso violentada y tiene un enlace directo con el despacho del ministro de seguridad, esto significa que las imágenes en tiempo real de esa puerta están constantemente visualizándose en las pantallas gigantes que tiene Massoni en su despacho… por lo que dejaría en ridículo al mismo ministro la imposibilidad de resolver el caso y hallar a los responsables, si es que hay voluntad para hacerlo…
Por último, no debemos olvidar que existiría una verdadera cacería de brujas dentro del gobierno provincial, en un contexto donde tenemos a un Mariano Arcioni que se despreocupó por todo yéndose de licencia y abandonando a su mejor amigo y hombre de máxima confianza: Federico Massoni, días después de haberle pedido la renuncia.
Se suma el hecho de que el pobre Massoni quedo a su suerte sin un gobernador que lo proteja frente a su archirrival: el vicegobernador Ricardo Sastre, quién se encuentra actualmente reemplazando a Arcioni y que estaría operando intensamente para dinamitar al ministro de seguridad.
Como “manotazo de ahogado”, Massoni habría elegido en los últimos días del 2020, inventar estar contagiado de coronavirus para justificar una ausencia necesaria y así operar políticamente contra todo aquel que lo quiera despojar de su cargo para perpetuarse en el mismo.
Teniendo en cuenta éste contexto, comenzaron a cobrar resonancia los rumores que dicen que éste particular hecho, en el que sujetos desconocidos ingresaron a un edificio donde se almacena probablemente la información más sensible del gobierno, esté relacionado con una posible estrategia de Massoni que tendría como fin preparar su salida del gobierno lo más protegido posible… a buen entendedor, pocas palabras.
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