La recusación estuvo a cargo de las asociaciones querellantes Asociación Argentina de Abogados/as Ambientalistas, Fundación Patagonia Natural y Fundación Greenpeace Argentina. La jueza es pareja del socio del abogado defensor, Federico Ruffa.
El día lunes las organizaciones Asociación Argentina de Abogados/as Ambientalistas, Fundación Patagonia Natural y Fundación Greenpeace Argentina presentaron una querella penal respecto al ecocidio de cientos de pingüinos que tuvo lugar en la Reserva Natural Punta Tombo (Chubut), en 2021. En esta reserva, se encuentra la mayor colonia de pingüinos de Magallanes del mundo.
En dicha instancia, la jueza pidió la readecuación de la acusación, alegando que no se encuentran “claramente relatados los hechos para precisar el daño agravado y el maltrato animal”.
Desde las organizaciones sostienen que el pedido es incorrecto, ya que esta etapa judicial no está relacionada con esas precisiones al tratarse de la presentación de constitución de querella. Dicha presentación no configura una pieza acusatoria, por tratarse de una etapa en la cual se abre la investigación.
Las organizaciones denunciaron la falta de imparcialidad de la jueza para esta etapa, ya que en el dia de la audiencia la Magistrada ventiló que se encuentra en pareja con el socio del defensor técnico del imputado, lo cual constituye motivo suficiente para su excusación en la causa, situación que la jueza ha rechazado, motivando el planteo de recusación de las organizaciones ambientalistas denunciantes.
Más información sobre el caso:
Durante agosto y noviembre de 2021, sin autorización previa de impacto ambiental y mediante la utilización de retroexcavadora, se abrieron caminos, realizaron desmontes de vegetación nativa y movimientos de suelo sobre el Área de la Colonia de Pingüinos de Magallanes y la ribera marina Punta Clara que limita con la Reserva Natural Punta Tombo, lo que ocasionó graves daños a la fauna, flora y los ecosistemas asociados.
Se estima que al menos 175 nidos fueron destruidos en todas las áreas de nidificación. Además, se instaló un alambrado electrificado a lo largo de 900 metros. En diferentes sectores, dicho alambrado impidió la libre circulación de los pingüinos al encontrarse a una altura inferior a la de esta especie. Este hecho ocurrió en el momento crítico del ciclo reproductivo, donde los pichones están eclosionando o tienen muy pocos días de vida, y deben ser alimentados con frecuencia por los pingüinos adultos.