Sergio Massa anunció en Shangai la posibilidad de hacer inversiones chinas en Argentina por medio de yuanes en reemplazo de la compleja operación en dólares que se ejecuta en el mercado secundario.
Esta medida consolida el peso estratégico de Beijing en América Latina, y en el futuro esa decisión política puede transformar al estado chino en el principal socio comercial de la Argentina.
“Con el objetivo de acelerar la relación comercial y eliminar la intermediación, se establece la apertura del intercambio comercial directo entre ambos país a través de yuanes”, informó el ministro de Economía durante el lanzamiento de la Cámara de Comercio de Argentina en China.
La mayoría de las compañías chinas debían atravesar un complejo laberinto para coronar sus inversiones en la Argentina por medio del uso de dólares.
Y esta dificultad financiera evitaba que la influencia en el país -y en consecuencia en la región- quedara ralentizada.
El anuncio de Massa puede desequilibrar la balanza a favor de China y su influencia en el Cono Sur.
Si no median trabas geopolíticas, China se puede convertir en el principal socio comercial de la Argentina, desplazando a Brasil en su hegemonía histórica.
Hasta este momento, la mayoría de las inversiones chinas se hacían a través del contado con liqui (CCL) o tenían que comprar dólares para ingresarlos por medio del Mercado Único de Libre Cambio (MULC).
Informó el ministro de Economía, las inversiones se podrán de hacer manera directa en yuanes.
Massa conoce la confrontación global que protagonizan Estados Unidos y China, pero sostiene entre sus asesores que Argentina “tiene que ser inteligente” para aprovechar las coyunturas mundiales sin que ello implique un alineamiento con una de las partes en conflicto. El ministro de Economía explica que la decisión sobre la inversión en yuanes no es más que un movimiento orientado a fortalecer las reservas y mejorar el intercambio comercial.
Tras el anuncio en la Cámara de Comercio de Argentina en China, Massa se reunió con los representantes de la empresa Ganfeng Lithium, el primer productor de litio y derivados a nivel mundial. Massa escuchó en esta compañía que prevén invertir cerca de 2.700 millones de dólares para consolidar una producción de 74 mil toneladas de carbonato de litio.
El jefe del Palacio de Hacienda explicó que Argentina tiende a transformarse en un protagonista clave en la minería global en el litio y cobre, entre otros insumos, pero añadió que es necesario modificar ciertas reglas de juego vinculadas a la cadena de valor y al impacto social y ambiental de las inversiones en el sector.
Es decir: Massa propone que el litio como producto esencial en las nuevas tecnologías y un factor determinante en la agenda verde contra el cambio climático no debería salir sin valor agregado de la Argentina.
El ministro de Economía cree que a la exportación básica del litio hay que agregar la producción de baterías para multiplicar los puestos de trabajo y aumentar el ingreso de divisas.
Esta posición económica de Massa, que replica los argumentos estratégicos que habitualmente se escuchan en Washington o Berlín, es entendida por los inversores chinos en litio y cobre.
El asunto es de difícil resolución frente a la ausencia de mercado en la Argentina.
No es posible fabricar baterías para autos que aún no existen.
El jefe del Palacio de Hacienda terminó su segunda jornada en China cenando con las autoridades de la empresa Tsingshan Holding Group, que despliega sus cuarteles generales frente al histórico Bund de Shangai.
Se trata de una compañía privada que opera en tres continentes y tiene intenciones de invertir 770 millones de dólares en la Argentina.
Era una cena agradable hasta que Massa recomendó comer una porción de Pepino de Mar, un plato típico a valores fuera de mercado, que tiene color oscuro y una consistencia difícil de describir.