Mientras se prepara para asumir como gobernador, Ignacio Torres sigue de cerca el proceso de transición que en su letra chica van delineando quienes lo acompañarán desde diciembre. Además, dadas las circunstancias políticas nacionales, ha adquirido un rol que intenta orientar hacia uno de sus objetivos: un bloque patagónico de gobernadores que le permita recuperar a Chubut lo que perdió en las últimas décadas.
«Recién me entero de la reunión con Milei. Quiero saber por qué estamos deliberando sobre algo que ya tienen decidido». Según analistas políticos, esa fue la reacción de Ignacio «Nacho» Torres el miércoles 25 de octubre, a la mañana, cuando participó del cónclave en el cual Patricia Bullrich se limitó a informar que saldría públicamente a bancar a Javier Milei para el balotaje del 19 de noviembre.
El electo gobernador de Chubut fue uno de los que mocionó que esa decisión fuera a título personal y no de la alianza que integra. Más tarde, se reunió con el resto de mandatarios de Juntos por el Cambio (JxC) que asumirá en un mes y emitieron un comunicado de tono neutral con respecto a la postura frente a los candidatos presidenciales. Al otro día fue parte del pronunciamiento de senadores nacionales que ratificó su unidad, deslizando que en este espacio los 10 gobernadores elegidos en 2023 deben ser parte de la nueva conducción. Son 5 de la UCR y 5 del PRO. Entre estos últimos, quizás Torres y Rogelio Frigerio (Entre Ríos) sean los más influyentes.
De lo particular a lo general
Desde que en 2021 fue elegido senador nacional, junto a Edith Terenzi, el chubutense se pronunció por la necesidad de contar con un espacio patagónico que adopte decisiones conjuntas, con el fin de influir en la adopción de políticas nacionales para que estas no prioricen siempre al Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Lo ha reiterado recientemente, cuando resaltó la injusticia que implica subsidiar con recursos patagónicos el transporte en ese ámbito que incluye a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a los partidos más próximos, ubicados en la provincia que gobierna Axel Kiciloff.
«Hoy Chubut tiene un 25% más de costo operativo que otras provincias. Por mayores costos de logística es más caro vivir en el sur; por eso también esto va de la mano del salario docente, que tiene que estar por sobre la media nacional. Un gobierno que profundiza esas asimetrías es un gobierno que atenta contra el federalismo. Los chubutenses no deberían subsidiar el transporte en Capital Federal y Buenos Aires, ni el agua al AMBA, cuando tenemos falencias de infraestructura para el acceso al recurso», sostiene.
Una reparación histórica
En lo particular, Torres viene exigiendo una «reparación histórica» para la provincia, a partir de la cesión del 0,44% de coparticipación que en la década del 80 suscribió el entonces gobernador Atilio Viglione, quien aceptó bajar el índice de coparticipación del 1,9588 al 1,5842 por ciento, en un acuerdo con el que el distrito colaboró con el gobierno del presidente Raúl Alfonsín, en momentos de cuentas fiscales ajustadas. Otra que debió ceder entonces fue Buenos Aires, pero esta conseguiría en tiempos de Eduardo Duhalde un Fondo de Reparación Histórica que le permitió salir del ahogo mucho más pronto.
«Las provincias están en jaque y van a estar más desfinanciadas por la decisión de Ganancias que tomó Massa», considera el gobernador electo, agregando que «independientemente de su densidad demográfica, nuestras provincias representan el 50% de las exportaciones del país y más de 18 manos en el Senado».
Es que Torres cuenta con que en el actual contexto político nacional, Tierra del Fuego y La Pampa podrían ser parte activa en lo que por ahora es una unidad con Neuquén, Río Negro y Santa Cruz. Justamente, quien gobernará esta última provincia tras 40 años de peronismo es el sindicalista petrolero Claudio Vidal, quien coincide en que «debemos generar oportunidades, trabajo genuino con salarios dignos y dejar de depender del Estado. Estamos comprometidos a desarrollar, potenciar y transformar la Patagonia para siempre».
Por eso, de cara a lo que viene, la conformación de un bloque patagónico le daría a la región una oportunidad inédita desde 1983, ya que -salvo honrosas excepciones y de a uno por vez- los gobernadores sureños han respondido casi a pie juntillas al poder central.
El bloque patagónico
«A mí me gustaría que más que sentarnos a discutir cuestiones superficiales, nos organicemos para levantar la bandera del federalismo. La decisión de generar esta liga de gobernadores patagónicos electos ahora creo que fue un acierto, y aparte son muchas más las coincidencias que las diferencias que podemos tener en algunos casos», sostiene Torres.
El energético parece un sector clave para ello. Chubut es la segunda provincia exportadora de petróleo del país y tiene la mayor cantidad de aerogeneradores del país (365, según cifras de la Cámara Eólica Argentina). Este último dato indica la potencialidad de la provincia para fabricar hidrógeno verde, dado que precisa de una fuente de energía limpia para llevar a cabo la descomposición de la molécula del agua que da origen al mismo hidrógeno.
Durante su campaña, Torres puso en el centro de la escena la necesidad de impulsar el desarrollo de las cuencas maduras, como la del Golfo San Jorge. En ese sentido, un «‘dólar petróleo» que no solo incluya a Vaca Muerta ayudaría a que se pague a un valor más cercano del precio internacional. Sería «un dólar promedio entre el oficial y el blue o el MEP para liquidar esas regalías».
Además, se propone «desmitificar esto de la pelea de Vaca Muerta contra la cuenca de Santa Cruz y Chubut porque son complementarias; son crudos distintos y de hecho Neuquén también tiene una ley de fomento a las cuencas maduras».
Repite que «Chubut le aporta a la Nación 100 y recibe apenas 36. Eso está judicializado. Hay una presentación que hicimos en la Justicia Federal que creemos que va a salir bien, más allá de que en algún momento este gobierno de la provincia desistió de manera unilateral de ese reclamo. No se trata de mendigar, sino de recuperar algo de lo que nos arrebató el gobierno centralista durante tanto tiempo».
Cintura y muñeca
A días de la elección en la que se sabrá quién gobernará Argentina hasta 2027, Torres fue tironeado por propios y ajenos que intentaron llevarlo para el lado de sus intereses. El propio Mauricio Macri lo mencionó como uno de los dirigentes que estuvo en la reunión de su casa de Acassuso con Milei, lo cual es inexacto.
«Siento que la agenda pasa por un lugar muy distinto. No tengo la mínima presión porque nuestro armado en Chubut fue con liberales y radicales adentro y con peronistas también», señala quien comenzó a ganar en la provincia cuando respaldó a Gerardo Merino como candidato a intendente en Trelew, en las adelantadísimas elecciones que promovió Adrián Maderna en abril. Ni siquiera las autoridades de la UCR provincial avalaron a su afiliado, ya que fueron detrás del ex ministro de Seguridad, Federico Massoni, uno de los grandes derrotados del año.
«Conformé el PRO en Chubut, Empecé con Daniel Amoroso, mientras estudiaba en Buenos Aires. Y mi primera candidatura fue de la mano de Graciela Ocaña», ha dicho Torres al autorretratarse políticamente.
El gobernador electo jamás dudó de que llegaría a ser gobernador y que en ello sería secundaria su edad (cumplió 35 años en mayo), argumento con el que pretendieron subestimarlo unos y otros, pero su convicción lo trajo hoy hasta aquí, donde otro dato es su amplitud política.
Recambio generacional sin halcones ni palomas
«En Chubut hubo un recambio generacional importante en todos los partidos», destacó hace pocos días en CNN, resaltando que conformaron «un movimiento ciudadano heterogéneo», donde «no hay halcones ni palomas; solo chubutenses que quieren sacar adelante la provincia. Conformamos una opción y una alternativa real a 20 años de desidia y nos estamos preparando desde hace 10 años».
A su criterio, «es importante hablar y escuchar la posición de quienes me acompañaron a la gobernación. Nosotros tenemos muchas asimetrías. Chubut es una provincia muy heterogénea. Desde su idiosincrasia Comodoro Rivadavia es muy distinta a la zona de la Cordillera y muy distinta a la zona del Valle y la Costa, pero tenemos que encontrar una síntesis para convivir y crecer. Sería soberbio de mi parte decir ‘vamos por acá porque es lo que creo'», expresó sobre su lugar en el marco de la segunda vuelta entre los candidatos de La Libertad Avanza y el de Unión por la Patria, más allá de que anunció que él no votará en blanco.
Con respecto a esta gran batalla final, evalúa que «el objetivo es garantizar la unidad y sobre todo el volumen parlamentario que tenemos y nos pone a nivel nacional en un rol opositor, gane quien gane. Tenemos la responsabilidad de velar por la gobernabilidad, pero también por la coherencia del espacio que construimos».
Y opina que la conducción de JxC debería recaer justamente en una «liga de gobernadores», dado que «tenemos 10 gobernadores y por allí debe pasar la conducción del espacio. Es el centro del poder real. Por allí tienen que pasar también las cuestiones parlamentarias, no solo por un tema de gobernabilidad sino también de ordenamiento».