La Casa Blanca hace un llamado a la manifestación pacífica luego de los numerosos arrestos en distintas universidades de Estados Unidos. Estas protestas, que comenzaron en la Universidad de Columbia en Nueva York, se extienden rápidamente por todo el país.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, expresa en el programa «This Week» de la cadena ABC que se respeta el derecho a las protestas pacíficas. Sin embargo, se condena enérgicamente el uso de un lenguaje antisemita y cualquier forma de discurso de odio y amenazas de violencia.
Aunque la mayoría de las protestas son pacíficas, el número de manifestantes propalestinos detenidos por la policía aumenta. En algunos casos, se utilizan gases lacrimógenos y pistolas «taser» para controlar las manifestaciones.
Los arrestos se llevan a cabo en diferentes campus universitarios. La Universidad de Northeastern en Boston registra 100 detenciones, mientras que en la Universidad de Washington en St. Louis se arrestan a 80 personas. Asimismo, en la Universidad Estatal de Arizona se contabilizan 72 arrestos y en la Universidad de Indiana se detienen a 23 manifestantes.
En la Universidad de Yale, los manifestantes establecen un nuevo campamento, según informa el periódico estudiantil independiente de la institución. Días antes, la policía desmanteló otro campamento en el mismo campus, lo que resultó en decenas de detenciones.
Las autoridades universitarias se encuentran en una situación complicada, tratando de encontrar una respuesta adecuada que respete la libertad de expresión, pero al mismo tiempo, contenga los discursos incendiarios y, en ocasiones, violentamente antisemitas de algunos manifestantes. Estas protestas no solo involucran a estudiantes, sino también a activistas que demandan un alto el fuego en el conflicto entre Israel y Hamás en Gaza, además de pedir que las universidades rompan sus vínculos con Israel.
Ante la proximidad de los exámenes finales, algunas universidades cierran sus campus y optan por continuar con sus labores y clases en línea.
El conflicto entre Israel y Hamás se intensificó el 7 de octubre pasado, cuando militantes de Hamás atacaron Israel, causando la muerte de aproximadamente 1.170 personas y tomando como rehenes a unas 250. Israel estima que aún permanecen 129 personas secuestradas en Gaza, incluyendo 34 que se presume fallecieron. En respuesta, Israel lanzó una ofensiva en la Franja de Gaza, provocando la muerte de al menos 34.454 personas, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud palestino.