Francisco Velardes, un niño de siete años, captó la atención nacional tras su entusiasta apoyo al club Talleres de Córdoba, expresado durante una entrevista en el programa «Paso a Paso». Su grito de «¡Aguante Talleres!» no solo resonó en las gradas, sino que también trascendió a través de las redes sociales, volviéndose viral a nivel internacional.
Luego del empate entre Talleres y Belgrano, la pasión de Francisco por su equipo fue capturada en video, mostrando su ferviente apoyo con un distintivo acento regional. Su popularidad surgió de manera espontánea y pronto se convirtió en una tendencia, con celebridades y usuarios recreando su icónica exclamación.
Ante este escenario, la familia de Francisco no tardó en maximizar su recién descubierta fama. Crearon perfiles en Instagram y TikTok para el niño, publicando contenido regularmente que incluía su frase característica en diversas situaciones y eventos. Esto, a su vez, atrajo la atención de varias marcas, que vieron en Francisco un medio efectivo para promocionar sus productos.
El joven apareció en campañas para diversos negocios, desde concesionarias de autos y constructoras hasta tiendas de celulares y agencias de marketing, siempre adaptando su ya famosa frase a los requerimientos de cada anuncio.
Sin embargo, esta repentina exposición y comercialización de la imagen de Francisco generó preocupación entre algunos usuarios de redes sociales. Críticas dirigidas hacia los padres del niño sugieren que podrían estar explotando la imagen de su hijo para beneficio propio, señalando el potencial riesgo de que Francisco pueda estar siendo víctima de su propia popularidad.