La incertidumbre crece y el miedo también. Lucas Ezequiel Castillo, un joven trabajador de 30 años, desapareció en Neuquén y su familia no tiene noticias de él desde hace más de ocho días. La última vez que se comunicó fue con su hija mayor, a quien le dijo que había perdido su trabajo y que le enviaría dinero. Desde entonces, su teléfono está apagado y nadie sabe qué pasó con él.
De Pico Truncado a Neuquén
Lucas llegó a Neuquén el 9 de diciembre pasado desde Pico Truncado, Santa Cruz, con la esperanza de encontrar estabilidad laboral y un futuro mejor. Consiguió trabajo en la empresa Esesa, que desarrolla proyectos en Neuquén y Añelo. Sin embargo, la dificultad para conseguir un lugar donde vivir lo llevó a deambular por distintos alojamientos: desde la casa de algunos familiares hasta un hostel, un alquiler temporario y, finalmente, la terminal de ómnibus.
Su abuela, Gladys Castillo, habló con LMNeuquén y expresó su desesperación: «Estamos preocupadísimos, no sabemos absolutamente nada de él». La familia intentó comunicarse sin éxito y hasta realizaron averiguaciones en comisarías y hospitales de la zona, pero Lucas no aparece en ningún registro.
La abuela intentó denunciar la desaparición el viernes pasado, pero recién el domingo le tomaron la denuncia en Pico Truncado. La angustia crece con cada hora que pasa sin información. «No contesta el celular a nadie de la familia, estamos desesperados», confesó.
Entre las hipótesis que manejan, temen que haya sido víctima de un asalto o que haya caído en malas compañías. Sin embargo, no hay rastros que ayuden a reconstruir sus últimos movimientos, señaló ADNSUR.