A casi dos meses del inicio del juicio por la muerte del ídolo Diego Maradona, este jueves pidió declarar por primera vez la psiquiatra Agustina Cosachov, una de las siete personas imputadas en el caso, ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Nº3 de San Isidro.
«En el medio de la audiencia, levantó la mano y dijo: ‘Quiero declarar’«, relató el periodista Martín Candalaft en DDM ante lo que interrumpió Guido Záffora con un mensaje de Fernando Burlando: «Va a declarar sobre determinados puntos de la penúltima jornada donde ella siente que no fueron recientes«. Minutos después, en el programa de América informaron que, según el testimonio de personas que se encontraban dentro de la sala, la psiquiatra rompió en llanto, señala C5N.
En el marco de la 16ª audiencia, la acusada pidió la palabra y aceptó recibir preguntas de los fiscales Cosme Iribarren y Patricio Ferrari, los magistrados y su abogado Vadim Mischanchuk. “Mi rol siempre estuvo en torno a mi profesión, que es la psiquiatría, y siempre actúe con total convencimiento de que lo que hacía era lo correcto”, señaló al comienzo de su declaración.
Uno de los temas a los que Cosachov hizo referencia fue la cuestionada internación domiciliaria, sobre la que aseguró que contó con el consentimiento de toda la familia del exfutbolista: “Tuvimos reuniones formales e informales en los pasillos. En algunas había más o menos gente, pero había directivos, allegados, hermanos, hijas, médicos, Luque, médicos de terapia, con lo cual estaba clarísimo que íbamos con una internación domiciliaria seria”.
“La domiciliaria sí era viable; la otra opción era que vuelva al domicilio a probablemente retomar los malos hábitos. Este era un domicilio elegido por él, cerca de sus hijas, en Tigre», añadió y mostró chats que respaldaban la aprobación de la familia del exfutbolista.
“En un marco teórico era una buena posibilidad que continúe su rehabilitación en un centro. Lo que pasa es que el paciente esa alternativa no la quería. Lo charlamos abiertamente en la reunión y también evaluamos una internación involuntaria, pero la familia se negaba a eso porque habían tenido malas experiencias previas”, comentó.
Además, brindó detalles de las condiciones en que se pactó la domiciliaria: “Lo que yo pido en consonancia con la familia, que también estaba enterada como Díaz y Luque, eran requisitos indispensables para la internación: un clínico, un neurólogo, especialistas en consumo de sustancias, específicamente hombres, una ambulancia por si se necesitaba traslado y dispositivo para la realización de estudios. Esto era fundamental. El auditor me dice: ‘Ok, ya lo paso para armar’”.