Se reconstruyó la cuadra que sufrió la rotura de losas producto de una pérdida de agua subterránea. Los trabajos incluyeron un tratamiento estructural especial para aumentar su resistencia en un sector complejo de la ciudad.
Enmarcado en el plan de mantenimiento de infraestructura urbana, que impulsa la gestión del intendente Othar Macharashvili, a través de la Secretaría de Infraestructura, Obras y Servicios Públicos, se concluyó con el hormigonado del tramo de la avenida Rivadavia, comprendido entre las calles Chacabuco y Urquiza. La concreción de dichos trabajos tuvo lugar, luego de que se detectara un deterioro progresivo en su estructura producto de una pérdida de agua subterránea, lo que generó la fisura de varias losas.
Luego de realizados los estudios, se determinó la ejecución de una obra integral con recambio total del suelo, compactación, estabilización del terreno y posterior colocación de hormigón con un tratamiento estructural reforzado. Se utilizaron mallas, fibras especiales y, como en todos los casos, se previeron juntas de dilatación para soportar los cambios térmicos, con el objetivo de extender la durabilidad de la obra.
El secretario de Infraestructura, Obras y Servicios Públicos, Luis Romero, explicó que “las tareas comenzaron la semana pasada, con una logística y planificación detallada, ya que se trata de un punto neurálgico de la ciudad. Sabemos lo que representa este tipo de obras, pero necesitábamos tener una aprobación de distintos estamentos del Tribunal de Cuentas, que nos acompañaron para llevar adelante la contratación. La verdad que la empresa y los compañeros municipales estuvieron a la altura de la circunstancia, generando una solución rápida y eficiente una vez que se pudo avanzar. Estamos muy agradecidos con la comunidad, que acompañó con paciencia esta intervención que implicó restricciones en la circulación y afectación a los comercios del sector”, indicó.
Romero detalló que la obra abarcó el reemplazo de losas, con dimensiones estándares de 3×3 metros, tal como lo establecen las normas viales para garantizar la dilatación y contracción del material. “El colado incluyó brea en las juntas, colocación de pasadores y ensayos de suelo previos, para asegurar un rendimiento óptimo frente a la presencia de arcillas expansivas, frecuentes en distintos puntos de la ciudad”.
Una obra estructural con múltiples componentes
Además de la reconstrucción de la calzada, se realizaron trabajos complementarios para mejorar la accesibilidad peatonal. En relación a las acciones que estuvieron a cargo de la dirección Gral. de Conservación Vial, área encargada de coordinar las tareas que se desarrollaron con maquinaria de gran porte, el funcionario explicó que “se repusieron vados de accesibilidad dañados por la demolición y se construyó uno nuevo en la intersección con calle Urquiza. También se procedió al pintado y demarcación correspondiente, porque entendemos que el mantenimiento vial no sólo implica el paso de vehículos, sino también garantizar una circulación segura y cómoda para los peatones”.
Finalmente, Romero precisó que la habilitación del tramo será en unos 15 días en base a la verificación técnica mediante la rotura de probetas que tiene un protocolo y cómo va trabajando el acelerante de frague. “En ese plazo estaremos en condiciones de abrir nuevamente el paso vehicular y recuperar un punto clave de la circulación urbana”, sentenció.